La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha dado la voz de alarma ante la crítica situación que atraviesa el sector primario en España. Costes de producción básicos para el campo como los fertilizantes, los piensos, la electricidad y los combustibles se han disparado en los últimos meses, comprometiendo a los productores. Desde esta organización instan a las administraciones a poner freno a la especulación en el sector de los alimentos.
“No encontramos razones objetivas que justifiquen esta subida de costes”, ha señalado el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, en rueda de prensa desde la sede de la organización en Madrid. “La situación está conformando una tormenta perfecta para el campo español que sume en el miedo y la incertidumbre a cientos de miles de familias.”
“Hay muchísima especulación que afecta al mercado de los alimentos. Se tienen que establecer normas que lo impidan, por lo que hacemos un llamamiento a los Gobiernos”, ha afirmado el secretario general de UPA, que ha querido trasladar “la confianza y la garantía de que no va a haber ningún tipo de desabastecimiento alimentario”.
Lorenzo Ramos ha denunciado también la especulación y los márgenes abusivos que se aplican en muchos productos, sobre todo frescos. “Lo que pagan los consumidores no tiene nada que ver con lo que reciben los productores”. En ese sentido, han pedido a las fuerzas políticas que apoyen de forma unánime la modificación de la Ley de Cadena Alimentaria, que afronta sus últimos trámites en el Senado.
Según el informe que ha elaborado esta organización, fertilizantes como la urea han duplicado su precio en un año; otros como el nitrato amónico cálcico han pasado de menos de 90 euros a rozar los 180 euros por tonelada.
Las energías suponen también una importante partida de gasto: en ese aspecto, el coste de la luz se deja sentir con fuerza en la producción de alimentos, subiendo hasta un 75% en un año. El gasóleo ha subido un 45%. Los plásticos que se usan en agricultura para los invernaderos o la solarización también han prácticamente duplicado su precio.
El informe explica cómo se traduce esa tormenta perfecta en distintos tipos de explotaciones, como una cerealista de 100 hectáreas (56% de incremento de costes respecto a la pasada campaña); una de maíz de 25 hectáreas (59% de encarecimiento); una láctea con 100 vacas (4,2 céntimos más de costes por litro de leche) o una de porcino con 800 cerdos, que afrontaría un incremento de costes de unos 40.000 euros, sin tener en cuenta otras subidas como los costes veterinarios o la luz.