Conservera Gallega, propiedad de la marca Paco Lafuente, acaba de lanzar al mercado la gama de conservas milesimadas. Se trata de sardinas de la añada 2014 con un contenido de tres a cinco piezas y sardinillas de la añada 2016, que contiene de 22 a 24 piezas.
En países cercanos como Francia o Portugal, desde hace tiempo existe todo un mercado de latas de conservas, maduradas o milesimadas, en cuya etiqueta figura impresa la fecha de envasado (millésime) y la numeración de la lata. Un verdadero manjar, a veces buscado por gourmets y coleccionistas, por el que se pagan precios por encima de los habituales.
“Ya se sabe que las conservas no tienen una fecha de caducidad, aunque sí una fecha de consumo preferente. Es por este motivo, por lo que las sardinas y sardinillas de calidad ganan con el tiempo, siempre que se hayan envasado con aceite de oliva y se conserven en condiciones adecuadas”, explica la compañía. Son lo que se llaman las “sardinas de añada”.
La etiqueta vintage de las nuevas conservas recuerda a aquellas latas que se exponían en las antiguas tiendas de ultramarinos y que pueden ser el perfecto regalo para coleccionistas gourmets.