La alimentación representa el 40% de los hurtos en los supermercados. De hecho, los ibéricos, el atún y el bonito lideran junto a los licores y los vinos el TOP 5 de productos desaparecidos misteriosamente de los supermercados españoles en el último semestre, según el último informe de la empresa especializada en la protección de productos en el punto de venta, STC.
Y es que, la actual situación que vivimos, la inflación, con la subida de precios indiscriminada en la cesta de la compra, hace que, lejos de disminuir, el aumento de hurtos en los supermercados crezca. “La previsión en la que trabaja toda la industria, lamentablemente, es de que los hurtos van a seguir creciendo. Los motivos son claros: menor disponibilidad económica y necesidades creadas que no podemos dejar de satisfacer. Priorizamos pagar gimnasios, teléfonos móviles o plataformas digitales, ya que todo es necesario y pagamos religiosa y mensualmente por banco. Pero, cuando vamos a hacer la compra es fácil “distraer” algunos productos, sean estos necesarios o de puro placer”, asegura Salvador Cañones, socio-director de STC.
Además, “si algo hemos aprendido en las últimas décadas es que el hurto no es inherente en particular a nadie. Hurtan los jóvenes, los adultos y los mayores, sin diferencia de sexo ni siquiera de condición económica. Los hurtos se cometen a partes iguales entre clientes habituales y ladrones profesionales, aunque la motivación es diferente”, asegura Cañones, quién aclara que “el cliente habitual puede hacerlo por varias razones, aunque ninguna justificaría la comisión del hurto. En cambio, el profesional obedece a un trasfondo puramente económico: hurta aquello que tiene alto valor y un gran atractivo, porque es fácilmente revendible, como las bebidas alcohólicas o los ibéricos”.
Preferencias por Comunidades Autónomas
El estudio, que se ha realizado en establecimientos de todo el territorio nacional, arroja datos curiosos sobre las preferencias a la hora hurtar según la comunidad en la que se vive. Por ejemplo, la pasión por las conservas de bonito y atún en Madrid, Aragón País Vasco o Cantabria; o que las Islas Baleares los dos productos ‘especiales’ que más desaparecen sean el queso de Mahón y los licores originarios de las islas.
Esto apunta a que hay un nexo en común que existen en la pérdida desconocida y que es independiente de la comunidad de origen: se prefieren hurtar productos Gourmet (caña de lomo, quesos D.O, carnicería selecta); existe predilección por los productos autóctonos (vinos con D.O, Productos locales); y aquellos que nos den placer (helados, chocolate, frutos secos); y siempre productos de la dieta Mediterránea (Aceite de oliva, atún, bonito…).
Aunque el TOP 5 de los productos más hurtados lo ocupan los ibéricos, licores, el atún o los vinos, en todas las comunidades se ha detectado un producto favorito para llevarse sin pasar por caja, y que nos ayuda a distinguir los gustos por comunidades.
Así, por ejemplo, los más dulceros están en La Rioja (chocolate), Madrid (helados) y Valencia (helados). Los más selectos y Gourmet en Castilla y León (caña de lomo), Castilla La Mancha (queso en piezas) y Aragón (carnicería selecta). Para encontrar a los que aman el marisco hay que mirar a Galicia (pulpo); Cantabria (pulpo) y Asturias (gambas y langostinos). Los fieles a sus DO se encuentran en Islas Baleares (queso balear y licor balear). Por último, los que siguen la Dieta Mediterránea se encuentran en Ceuta y Melilla (aceite de oliva), Andalucía (cuñas de queso), Canarias (aceite de oliva) y Navarra (frutos secos).
Según explica la compañía, “hurtamos lo que nos gusta, lo que no podemos permitirnos, o lo que nos hace sentir bien. En esta misma tabla introduciríamos también ‘Lo que está a nuestro alcance’, Se sustraen productos simplemente porque se puede hacer”.