Cuando el verano llega a su fin, los españoles se preparan para realizar la “operación despensa”. Se trata de hacer acopio de productos tales como carne, pescado congelado, leche y derivados como el queso, las mantequillas y las margarinas, bollería -incluyendo galletas y cereales-, pastas, azúcar, legumbres, aceite, frutas y hortalizas transformadas y harinas
Es decir, una compra de “avituallamiento” a la vuelta al lugar de residencia habitual centrada en productos no perecederos y básicos necesitados de refrigeración que se produce todos los años en la última semana de agosto y primeras de septiembre, según la Asociación Española de Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas).
Todas las categorías mencionadas experimentan incrementos de las ventas en comparación con los meses de verano, destacando crecimientos de dos dígitos en productos como mantequillas, azúcar, legumbres o harinas.
Dentro de los alimentos frescos, las categorías de carnes más comunes –vacuno, pollo y cerdo- aumentan sus ventas; mientras que el consumidor opta por el pescado congelado en la vuelta a casa. En cuanto a las frutas y hortalizas, se deja sentir el fin de la temporada de verano, y los consumidores incrementan el consumo de productos generalmente utilizados como base en la cocina, como pimientos, zanahorias, calabacines o puerros.
Este cambio brusco en el consumo durante el breve periodo de tiempo que dura el regreso de las vacaciones supone un esfuerzo adicional para las cerca de 500 plataformas logísticas que dan servicio a los supermercados de Asedas. La manera de abordarlo es a través de un control automatizado del surtido con capacidad para prever la afluencia de público que se espera en las tiendas urbanas y los productos que más se suelen consumir en estas fechas, lo que, a su vez, se traslada a los productores. Además, el trabajo de más de 280.000 empleados de los supermercados de ASEDAS es también clave en estos días de gran esfuerzo para cambiar o reforzar la composición de los lineales.
“Desde hace años venimos observando que la vuelta de las vacaciones es, junto con la Navidad o el comienzo del verano, un momento clave en la cadena logística para dar respuesta a cambios bruscos en las tendencias de consumo. La capacidad de previsión y de reacción que tienen nuestras empresas, en colaboración con el resto de la cadena de valor, es fundamental para responder con eficacia a esta demanda del consumidor muy concentrada en el tiempo”, dijo Nuria Cardoso, directora de Comunicación de Asedas.