Las ventas en el mercado nacional y el buen comportamiento de las exportaciones permitieron que la industria española del dulce experimentara, durante el año 2018, un crecimiento del 2% hasta alcanzar una facturación de 5.679 millones de euros, según revelan los datos del informe anual de la Asociación Española del Dulce (Produlce).
Esta magnitud representa casi el 5% del total de toda la industria española de alimentación y bebidas, según este trabajo, presentado este viernes por Rubén Moreno, secretario general de la patronal, y Milagros Dones, directora del Área Sectorial del Centro de Predicción Económica (Ceprede).
“2018 ha sido un gran año para la industria española del dulce. La innovación, competitividad, calidad y variedad de las líneas de producto de nuestros asociados han sido clave para conseguir unos resultados positivos tanto en facturación como en generación de empleo”, ha señalado Rubén Moreno, secretario general de Produlce.
Por categorías, los productos derivados del Cacao y los Chocolates son el primer contribuyente en valor del conjunto del sector, superando en 2018 el 26,3% del total de la oferta del dulce en España, habiendo crecido además esta participación en un 0,4% el último año. Le siguen, por este orden, Galletas (22,1%), Caramelos y Chicles (17,6%), Pastelería y Bollería (16,3%), Panificación (12,8%) y, finalmente, Turrones y Mazapanes (4,9%).
En cuanto al empleo, el informe recoge que la industria española del dulce experimentó un crecimiento del 6,2% en generación de empleo en 2018. En términos absolutos, España cuenta con 24.294 profesionales empleados, de manera directa, en la industria del dulce. Las claves de esta tendencia positiva responden a la “capacidad de las compañías españolas para reinventarse” y “abrirse paso en los mercados exteriores”, tal y como señala el estudio.
“Nuestros asociados han generado cerca de 1.500 nuevos puestos de trabajo, de los cuales un 91% fueron indefinidos. Además, el sector se ha convertido en un potente dinamizador de la España rural, ya que 9 de cada 10 empresas desarrollan su actividad productiva en pueblos y pequeñas localidades”, ha apuntado Rubén Moreno.
Exportaciones al alza
El comercio exterior supone ya 32,6% del volumen producido, en concreto, 495.400 toneladas y el 22,5% de la facturación del sector (en términos absolutos, 1,2 millones de euros) y consolida al dulce como quinto sector exportador dentro de la industria de alimentación y bebidas. Por países, un 72,8% de las exportaciones españolas tiene como destino Europa. Francia, Portugal y Reino Unido se sitúan en las tres primeras posiciones del ranking. Y, en cuarto lugar, destaca Estados Unidos, que acoge el 8% de las ventas exteriores del sector.
Además, estos datos en mercados exteriores suponen un saldo comercial positivo, que en el año 2018 alcanza un resultado de más de 315 millones de euros. Es el resultante de la diferencia entre un valor de exportaciones de 1.275,3 millones de euros (2,6% respecto a 2017) y unas importaciones por 959,7 millones de euros (incremento del 3,5% en el último año). Ambos crecimientos contrastan con el desempeño del conjunto de la industria alimentaria en 2018, que presentó ligeras pérdidas (-0,4% aprox.) en ambas magnitudes.
Por último, el informe destaca el fuerte compromiso por la innovación de la industria española del dulce, ante un consumidor cada día más exigente. “Nuestros clientes comprenden que nuestros productos están destinados a momentos de indulgencia y placer por lo que además de los productos más tradicionales buscan novedades que los sorprendan y conquisten, ya sean nuevos sabores, formatos que se adapten a su ritmo de vida, o soluciones que puedan formar parte de una dieta saludable y equilibrada”, ha señalado Rubén Moreno.
Durante 2018 las innovaciones desarrolladas por el sector respondieron a ampliaciones de gama (41%); reformulación (35%); rediseño (16%); extensión de marca (5%); e innovación radical (3%).