El sector del dulce en España consolida su crecimiento y reafirma su papel estratégico dentro de la industria alimentaria nacional. Según el “Informe Produlce 2024”, elaborado por la Asociación Española del Dulce, el conjunto del sector cerró el ejercicio con una facturación de 7.806 millones de euros, lo que representa un incremento del 3% respecto al año anterior.
Este crecimiento ha sido posible gracias al buen comportamiento tanto del mercado nacional como de las exportaciones, que superaron los 2.400 millones de euros, con un aumento del 5,3% respecto a 2023. Con ello, el dulce se posiciona como el quinto mayor exportador de la industria agroalimentaria española, destacando por su innovación, competitividad y calidad.
La producción orientada al mercado nacional alcanzó los 5.357 millones de euros, lo que supone un incremento del 1,4% respecto al año anterior. Todas las categorías del sector registraron crecimientos en volumen y valor, confirmando la tendencia positiva del consumo. Destacaron especialmente el cacao y chocolate, con 2.106 millones de euros; seguido de galletas (1.428 millones de euros), pastelería y bollería (1.310 millones de euros), panificación (954 millones de euros), caramelos y chicles (809 millones de euros) y turrones y mazapanes, con 290 millones de euros.
Este comportamiento reafirma la confianza del consumidor en los productos del dulce español, y su creciente valoración por la calidad, variedad e innovación que caracterizan a la oferta del sector. «Hemos superado a todas las industrias matrices y nuestros resultados sirven como contrapeso ante el retroceso de la industria de alimentación y bebidas», asegura Rubén Moreno, secretario general de Produlce, durante la presentación de resultados.
Las exportaciones, motor de crecimiento
En el ámbito internacional, el dulce español ha consolidado su presencia con más de 657.000 toneladas exportadas y un crecimiento del 5,3% en valor, que le permite mantener un saldo positivo en la balanza comercial de 881 millones de euros. Europa continúa siendo el destino principal, con 1.771 millones de euros, seguida de América (323 millones de euros), Asia (157 millones de euros) y África (139 millones de euros).
«El comercio exterior se ha convertido en el gran motor del sector que ha decidido salir a otros países. El incremento del valor y del volumen es muy equilibrado, pero el saldo comercial retrocede por primera vez desde 2018 hasta los 881 millones de euros», ha comentado Moreno.
Los tres principales mercados para el dulce español fueron Francia, Portugal y Estados Unidos, aunque en este último se observó una ligera caída tanto en volumen como en valor. En contraste, Marruecos se consolidó como un mercado estratégico, con un crecimiento del 12,1% en valor y del 13% en volumen gracias a «la competitividad de nuestras exportaciones», asegura el secretario general.
Por categorías, caramelos y chicles lideraron las exportaciones con 794 millones de euros, seguidos de cacao y chocolate (643 M€), galletas (618 M€), bollería y pastelería (204 millones de euros), panificación (94 millones de euros), y turrones y mazapanes (68,5 millones de euros).
Uno de los aspectos más destacados del informe es la creación de empleo estable e inclusivo. En 2024, el sector generó 27.670 empleos directos, un 2,6% más que el año anterior, «alcanzando un nuevo máximo, con un crecimiento en todas las categorías», explica Moreno. La estabilidad laboral también se mantuvo alta, con un 78% de contratos fijos en el conjunto del sector.
Además, el empleo femenino alcanzó un 48% de representatividad, muy por encima del 28,3% de la media del sector manufacturero nacional. Este dato pone de manifiesto el avance hacia una industria más equitativa, con una participación creciente de las mujeres en puestos de liderazgo y responsabilidad.
Asimismo, el sector ha demostrado ser un vector de desarrollo en el medio rural, contribuyendo a la fijación de población y a la generación de oportunidades de profesionalización en zonas con menor densidad de actividad industrial.
Modelo sostenible, innovador y conectado al consumidor
A pesar de operar en un entorno económico complejo, marcado por la contención del consumo y la incertidumbre global, el dulce español ha sabido adaptarse con agilidad, apoyándose en un modelo productivo centrado en la eficiencia, la sostenibilidad y la innovación.
El informe destaca que el sector ha conseguido contener la inflación por debajo del índice general de alimentación y bebidas, al tiempo que ha mantenido una rentabilidad superior a la media de la industria manufacturera, lo que demuestra su solidez estructural y su compromiso con el consumidor.
“El reto ahora no es solo mantener el crecimiento, sino avanzar hacia un modelo cada vez más inclusivo, sostenible, innovador y conectado con las nuevas generaciones. El sector del dulce está demostrando que se puede ser competitivo sin renunciar al arraigo territorial, al empleo de calidad y a una industria alimentaria más humana, que suma valor económico y social en todo el país”, explicó Rubén Moreno, secretario general de Produlce, durante la presentación del informe en la Asamblea General de la organización.
El sector se enfrenta ahora a nuevos desafíos, como profundizar en la sostenibilidad, reforzar su posicionamiento en mercados clave y mantener su capacidad de atraer talento joven, sin perder de vista el papel estratégico que desempeña como generador de riqueza y bienestar.