EuroCommerce, entidad que agrupa a seis millones de minoristas y mayoristas de toda Europa, entre las que se encuentran las españolas Anged, Asedas y ACES, ha pedido de nuevo a la Comisión Europea (CE) una revisión de las llamadas restricciones territoriales de suministro (Territorial Supply Constraints, TSC), que cuestan a los consumidores hasta 14.000 millones de euros al año.
Según ha señalado el director general de esta organización, Christian Verschueren, “estamos muy agradecidos con la Comisión por seguir las preocupaciones de los minoristas y mayoristas ante la fragmentación del mercado único provocada por los grandes fabricantes de marcas que simplemente se niegan a permitirles comprar sus productos donde tiene más sentido comercial. Nos complace que el estudio muestre los hechos que confirman que este problema existe y que resolverlo ahorraría a los consumidores no menos de 14.000 millones de euros y, lo que es igualmente importante, les daría más opciones a los consumidores. Por tanto, pedimos una acción urgente para que el mercado único sea una realidad en este ámbito”.
A este respecto, EuroCommerce recuerda que todos los días, los grandes fabricantes insisten en que los minoristas y mayoristas compren solo a su distribuidor designado en el país donde se vende su producto al consumidor. Esto significa que los minoristas no pueden comprar de forma centralizada ni trasladar los productos que han comprado de un mercado al que sirven a sucursales en otro. “Esto no tiene sentido en un mercado único que funcione correctamente y no tiene sentido para los consumidores”.
“El volumen de comercio en juego y las ganancias potenciales de permitir el abastecimiento a nivel de la UE son tan grandes que el tema ya no puede ignorarse”, destaca la organización, que añade que “este y otros estudios anteriores apuntan en la misma dirección: los grandes proveedores de determinadas categorías de productos pueden utilizar su poder de mercado para imponer estas restricciones, lo que genera precios significativamente más altos y diferencias de productos que las refuerzan, de un país a otro”.
El estudio confirma hallazgos previos del Benelux y el BCE de que solo una parte de las diferencias de precios entre países puede explicarse por factores de coste como la mano de obra, la logística y los impuestos. Esto significa que los consumidores de un país obtienen un trato mucho peor que los consumidores de otros países, sin ninguna razón en particular, “aparte de reforzar los ya grandes márgenes de beneficio de los fabricantes de marcas globales”.
“Dar a los minoristas y mayoristas la posibilidad de abastecerse libremente en el mercado único reduciría los precios al por mayor y permitiría a los consumidores acceder a una gama más amplia de productos. La elección al mejor precio es algo que los minoristas quieren ofrecer a sus clientes y lo que el mercado único está diseñado para ofrecer. La eliminación de los TSC también impulsaría la innovación y la inversión, todo en beneficio de los consumidores”, señala EuroCommerce.
“Hacemos un llamamiento a la Comisión para que considere la acción sobre los TSC como una prioridad fundamental para apoyar el ecosistema minorista. Al hacerlo, les pediríamos que consideren el uso de una combinación de herramientas, incluida una aplicación más estricta de la ley de competencia, para que el mercado único en el abastecimiento funcione con la misma eficacia para los minoristas y, por lo tanto, para los consumidores, como ya lo hace para las grandes empresas de fabricación”, ha concluido Verschueren.