El centro comercial del futuro se diferenciará por las experiencias que sea capaz de generar en el consumidor. La tecnología y el ocio son dos de los elementos que tendrán un peso más importante. Estas son al menos las ideas que arquitectos como Esteban Becerril o Javier Delgado expusieron en la jornada sobre nuevas tendencias del sector del comercio.
Las grandes superficies también deben tener en cuenta el paisajismo y tener grandes superficies verdes. Allí se puso el ejemplo de X-Madrid, el ‘anticentro comercial’, donde el 60% del espacio está dedicado al ocio y en el que convergen actividades como el surf, la escalada, el buceo o el skatepero también restauración, tatuajes o motor.
Se destacó el papel de la tecnología y el poder de la experiencia personalizada como dos elementos catalizadores para convertir los centros comerciales del futuro en espacios reactivadores tanto de núcleos urbanos como de periferias.
“Cuando empezamos, este tipo de proyectos se consideraban un trabajo menor para los arquitectos al verse muy comerciales, mercantilistas. 30 años después, lo cambia todo la revolución digital: no tenemos la necesidad objetiva de acudir a los centros, entonces empezamos a preguntarnos qué tiene que tener un centro comercial para que nos guste ir”, añadía.
En la jornada, los expertos hicieron hincapié en las zonas de periferia, donde los centros comerciales siempre han acabado siendo “pueblos autónomos aislados, puntos de encuentro sin alma”, para expresar la necesidad de crear nuevas infraestructuras que revitalicen estas áreas a las afueras de las ciudades. Este tipo de planteamientos implican una alta inversión en tecnología pero también la voluntad de preservar la esencia de origen: “nuestra idea es la continuidad con la historia, la tradición, la modernidad. Donde lo singular tiene que convivir con la globalización, donde la innovación convive con rasgos originales”, explicaba Becerril.
En definitiva, resulta clave la revolución digital y el poder diferenciador de la experiencia como dos factores para la supervivencia de los espacios comerciales. Incidiendo, además, en que para combatir el abandono de estos lugares tras la pandemia y el auge del ecommerce, la solución pasa por idear infraestructuras con un carácter cautivador, lleno de estímulos sensoriales donde cada ciudadano pueda encontrar su lugar.