La empresa española de helados veganos, Pink Albatross, se ha reinventado durante la crisis del coronavirus y, tras el éxito de su última ronda de financiación, donde ha conseguido más de medio millón de euros, ha apostado por reformular sus recetas para conseguir una textura más cremosa y lanzar nuevos formatos.
Luke Saldanha, uno de sus fundadores, cree que esto ha sido posible a pesar del parón del coronavirus “dado que la actividad comercial se paró completamente, centramos nuestros esfuerzos en temas estratégicos que el día a día no te permite porque te come todo el tiempo y atención”. La clave ha sido centrarse en las necesidades del cliente para mejorar los resultados en tres áreas concretas: producto, proceso de fabricación y proveedores.
Con respecto al producto, han aumentado la lista de ingredientes orgánicos de sus proveedores hasta el 50% sin perder de vista el objetivo a medio plazo de conseguir que el total de ingredientes lo sean. También se ha rediseñado el packaging para reflejar los nuevos ingredientes y la nueva formulación de una forma más clara y se ajustó el precio para hacerlo mucho más competitivo gracias a los cambios en I+D+I que les han permitido ahorrar en costes en la cadena de abastecimiento.
Sin perder la esencia artesanal y apostando siempre por ingredientes limpios y 100% vegetales, han mejorado sus procesos de fabricación para hacerlos más escalables y abastecer a una demanda creciente.
“Estos cambios de procesos y máquinas nos permiten crear un producto mucho más suave, con una textura más cremosa, con una vida útil mayor, sin incorporar ingredientes artificiales”, asegura Saldanha. Presente ya en más de 80 puntos de venta, la firma ha cerrado acuerdos con plataformas digitales de envío a domicilio como Deliveroo y Uber Eats.