Pascual ha conseguido en los últimos cinco años mejorar en su planta de producción, situada en la localidad de Gurb (Barcelona), hasta en un 35% los indicadores clave de rendimiento (KPI´s) de sus vectores eléctrico, térmico e hídrico, tras realizar una inversión total de 1,8 millones de euros, cifra ampliamente compensada con los ahorros logrados en consumo de energía en este tiempo.
Para ello la compañía española ha confiado a EDF Fenice la gestión energética de esta planta de producción, como uno más de los 26 proyectos de eficiencia que ambas compañías han llevado a cabo desde 2015
Las mejoras introducidas han reportado también importantes ganancias de productividad y eficiencia de las instalaciones de la compañía en España, con una reducción directa de los costes de producción y un menor impacto ambiental, tanto en su huella hídrica como en su huella de carbono. Esta iniciativa se suma a otros 16 proyectos de eficiencia energética que EDF Fenice ha llevado a cabo para Pascual en su fábrica de Aranda de Duero (Burgos).
En la planta de Gurb, ambas empresas han puesto en marcha una nueva plataforma de gestión energética que permite analizar en tiempo real la eficiencia de todos los vectores energéticos, con un seguimiento permanente de sus principales indicadores de rendimiento y la monitorización constante de todas las instalaciones, así como los procesos productivos intensivos en energía.
La tecnología de EDF Fenice facilita la toma de decisiones inmediata, a partir de los datos que son controlados permanentemente para su gestión y corrección, tanto en las instalaciones energéticas como en las principales líneas de producción, evitando las posibles ineficiencias de periodos no productivos.
Como explica Juan Carlos Lopez, responsable del Departamento de Ingeniería y Oficina Técnica en Pascual, “este proyecto forma parte de un plan de modernización de los vectores energéticos de nuestras plantas, que ha supuesto una inversión gradual desde 2015 y que ha reportado ahorros económicos superiores a las inversiones realizadas, a partir de la mejora de la eficiencia de todos los vectores energéticos que utilizamos: eléctrico, térmico e hídrico”, subraya.
En concreto, el directivo alude a una disminución en el consumo de agua superior a los 60.000 m3/a y una reducción de las emisiones a la atmósfera de 7.659 toneladas de CO2 por año, respecto a los valores de 2015, que han resultado de la modernización progresiva de las instalaciones energéticas y de la seguridad en el suministro, aumento de la disponibilidad, así como en la mejora continua de la eficiencia, lo que supone al final una disminución del coste de producción.
La monitorización continua de las instalaciones ha permitido, además, descubrir los patrones de demanda de la fábrica que, junto a los algoritmos de machine learning empleados, han aportado una predicción más ajustada de la demanda eléctrica y de combustible, logrando una reducción de las potencias contratadas por el cliente.