El Índice de precios de los alimentos de la FAO registró un promedio de 129,8 puntos en febrero de 2023, es decir, descendió ligeramente (un 0,6%) con respecto a enero, continuando así la tendencia a la baja por 11º mes consecutivo.
Con el último descenso, el índice ha disminuido 29,9 puntos (un 18,7%) respecto del nivel máximo alcanzado en marzo de 2022. El ligero descenso del Índice de precios de los alimentos de la FAO en febrero reflejó caídas significativas de los índices de precios de los aceites vegetales y los productos lácteos, junto con índices ligeramente más bajos de los precios de los cereales y la carne, que compensaron con creces un pronunciado aumento del índice de precios del azúcar.
En concreto, el índice de precios de los cereales de la FAO registró en febrero un promedio de 147,3 puntos, lo que supone una ligera bajada (del 0,1%) desde enero y 2,0 puntos (un 1,4%) más que hace un año. Tras caer durante tres meses consecutivos, los precios internacionales del trigo aumentaron ligeramente (un 0,3%) en febrero mientras que los precios mundiales del maíz cambiaron poco, registrando una subida de un mes a otro de solo el 0,1%. Por otro lado, los precios internacionales del arroz bajaron un 1% en febrero.
Por su parte, el índice de precios de los aceites vegetales se situó en un promedio de 135,9 puntos en febrero, lo que supone un descenso de 4,5 puntos (o el 3,2%) con respecto a enero y constituye su valor más bajo desde principios de 2021. La debilidad continuada del índice se debió a la disminución de los precios mundiales de los aceites de palma, soja, semillas de girasol y colza.
Asimismo, el índice para los precios de los productos lácteos registró en febrero un promedio de 131,3 puntos, esto es, 3,6 puntos (un 2,7%) menos que en enero y 10,2 puntos (un 7,2%) por debajo de su nivel en el mismo mes del año pasado. En febrero, el descenso del índice se debió a la caída de los precios en todos los productos lácteos, cuyos descensos más acusados los registraron la mantequilla y la leche desnatada en polvo. La debilidad continuada de la demanda mundial de importaciones, especialmente de entregas a corto plazo, provocó los descensos de precios, a pesar de que también se produjo un incremento notable en las compras realizadas por Asia septentrional en las últimas semanas. Asimismo, el aumento de los suministros exportables, en particular las existencias de mantequilla, queso y leche desnatada en polvo, en Europa occidental, donde las entregas estacionales de leche en los últimos meses han registrado un aumento en comparación con sus promedios mensuales correspondientes, también deprimió los precios de las exportaciones mundiales.
En cuanto al índice de precios de la carne, se situó en febrero en 112puntos en promedio, esto es, un valor ligeramente inferior (0,1 puntos y un 0,1%) al de enero y 1,9 puntos (un 1,7%) por debajo de su valor de hace un año. En febrero, los precios internacionales de la carne de aves de corral cayeron por octavo mes consecutivo, reflejando así los abundantes suministros mundiales en comparación con una demanda de importaciones más baja, a pesar de los brotes de gripe aviar registrados en varios de los principales países productores. En cambio, los precios internacionales de la carne de cerdo aumentaron, impulsados por las preocupaciones de los mercados en relación con la escasa disponibilidad de cerdos listos para el sacrificio en un contexto de aumento de la demanda interna en Europa. Entretanto, los precios de la carne de bobino se estabilizaron, tras sufrir descensos continuados desde junio de 2022, pues el aumento de las importaciones, especialmente procedentes de Asia septentrional, equilibró relativamente bien la demanda mundial y los suministros disponibles. Los precios internacionales de la carne de ovino también se mantuvieron en su mayoría sin cambios, pues la demanda mundial fue suficiente para absorber los elevados suministros procedentes de Australia.
Por último, el índice de precios del azúcar registró un promedio de 124,9 puntos en febrero, esto es, 8,1 puntos (o un 6,9%) más que en enero, alcanzando su máximo nivel desde febrero de 2017. El repunte de febrero se debió principalmente a la revisión a la baja de la previsión de la producción de azúcar para 2022-23 en la India, que moderó las perspectivas de las exportaciones para la campaña actual. Las preocupaciones sobre el descenso de las disponibilidades exportables procedentes de la India en un contexto con una fuerte demanda de importaciones a nivel mundial incrementaron adicionalmente los precios mundiales del azúcar. No obstante, el adecuado progreso de la cosecha en Tailandia y las abundantes precipitaciones en las principales zonas de producción del Brasil evitaron un mayor aumento mensual de los precios. El descenso de las cotizaciones internacionales del crudo y los precios del etanol en el Brasil también contribuyeron a limitar la presión al alza en los precios mundiales del azúcar.