Los precios mundiales de los alimentos aumentaron por cuarto mes consecutivo en enero. En concreto, el índice de precios de los alimentos de la FAO alcanzó en el primer mes del año 2020 un promedio de 182,5 puntos, con un aumento del 0,7% respecto a diciembre y un 11,3% más que el mismo mes de 2018. Los aceites vegetales, el azúcar y el trigo fueron los que más impulsaron el índice.
En concreto, el índice de precios del aceite vegetal aumentó un 7% en enero, llegando a su nivel máximo en tres años al subir los precios de los aceites de palma, soja, girasol y colza. Sin embargo, los precios perdieron fuerza en la segunda mitad del mes, lo que refleja las incertidumbres sobre el comercio, el posible impacto del reciente brote de coronavirus y las tensiones comerciales entre la India y Malasia.
Asimismo, el índice de los precios del azúcar se incrementó un 5,5%, impulsado por las expectativas de una producción de azúcar mucho más baja en varios de los principales países productores. El aumento se vio mitigado por la continua debilidad de la moneda brasileña y la reciente disminución de los precios del petróleo, lo que afecta a la demanda de caña de azúcar para fabricar etanol.
Por su parte, el índice de precios de los cereales subió igualmente un 2,9% con respecto a diciembre, empujado por el aumento de los precios del trigo (seguido del maíz y el arroz), en gran parte debido a una demanda más firme y a un ritmo más acelerado en las compras desde varios países.
También hubo un incremento para el índice de precios de los productos lácteos: un 0,9%, provocado por la fuerte demanda de importaciones de mantequilla, queso y leche desnatada en polvo.
Por el contrario, el índice de precios de la carne invirtió una racha ascendente de 11 meses y bajó en enero un 4%, debido a la disminución de las compras de China y el Lejano Oriente, así como a la gran disponibilidad de carne de cerdo y de bovino para la exportación.