En respuesta a la necesidad de mayor información y transparencia que demandan los consumidores, Kellogg ha presentado este martes en toda Europa su nuevo “Manifiesto de Bienestar”. Se trata de un plan de acciones para mejorar sus alimentos, de manera que sean aún mejores para la nutrición de las personas, para el planeta y para la sociedad.
Así, la compañía ha anunciado que seguirá mejorando la composición de sus alimentos, sin renunciar a su sabor. En concreto, afirma que eliminará al menos el 20% de la sal para finales de 2022 y se reducirán en un 10% los niveles de azúcar de los cereales infantiles, renovándolos y haciéndolos más saludables. Además, seguirá aumentando el aporte de fibra.
Un dato importante que ha señalado Deisy Hervert, responsable de Nutrición en Kellogg en Iberia, es que “en España, desde 2011, Kellogg ha reducido el contenido de azúcar de sus alimentos, evitando así la ingesta de 1.700 toneladas de azúcares de la dieta de los españoles, equivalente a 340.000 millones de cucharaditas de azúcar”.
En cuanto a naturalidad, gran parte de sus alimentos tiene un proceso de cocinado tan simple como que un grano de arroz es estrictamente un grano de Choco Krispies, simplemente cocido a una humedad, temperatura y tiempo determinados para garantizar que el resultado es un grano inflado y crujiente. También es cierto que un copo de Corn Flakes es simplemente parte del grano de maíz. Cocido, pasado por un rodillo para que coja su característica forma laminada, y vuelto a tostar para que quede crujiente.
Por otro lado, Amparo Lobato, responsable de Asuntos Corporativos ha manifestado que «el impacto de nuestros alimentos es mucho más amplio de lo que se ve en nuestras cajas. Consiste en cómo cultivamos nuestros ingredientes y el impacto que tenemos en el planeta, además de cómo cocinamos y elaboramos nuestros alimentos. En Kellogg trabajamos para abastecernos cada vez más de ingredientes locales, como por ejemplo el arroz, cultivado en España”.
Respecto a la sostenibilidad de los envases, desde hace apenas unas semanas Kellogg está utilizando un nuevo tipo de paquete de cereales con menos espacio de aire y embalaje. Esto significa que va a utilizar cerca de 190 toneladas menos de cartón y plástico al año, lo que, combinado con la eficiencia del transporte, eliminará 700 toneladas de carbono al año.
Por otra parte, dentro de su compromiso con la sociedad, Kellogg se compromete a alimentar a más de 30 millones de personas necesitadas a través de los Bancos de Alimentos.
«Nuestra empresa fue fundada en 1906 por un visionario vegetariano que creía que una dieta basada en plantas era la dieta correcta. Lo que anunciamos hoy es una continuación de esa idea, pero actualizada al siglo XXI. Consideramos el impacto total de nuestros alimentos en las personas y el planeta. Estamos comprometidos con este objetivo y seguiremos avanzando y desempeñando nuestro papel», ha concluido Susana Entero.
Conocimiento de los españoles sobre las nuevas tendencias de alimentación
Además de su nuevo “Manifiesto de Bienestar”, la compañía ha presentado también el estudio “Kellogg, Sencillez desde el origen”, en el que han participado más de 800 españoles de entre 18 y 65 años y que refleja el nivel de conocimiento existente sobre las nuevas tendencias de alimentación. También desvela la necesidad de disponer de más información tanto de la composición de los alimentos, como de su origen, su proceso de elaboración y su impacto en el medioambiente y en la sociedad.
Existe un gran desconocimiento sobre lo que realmente significan ciertas tendencias de alimentación. El concepto de dieta Plant-based, basada en alimentos de origen vegetal, es la mejor reconocida por los españoles. En concreto, un 41% de los encuestados saben que se trata de una dieta en la que principalmente se comen alimentos de origen vegetal, es decir: frutas, verduras, legumbres, cereales, frutos secos, etc. manteniendo un consumo moderado de alimentos de origen animal.
Asimismo, tal y como ha explicado Patricia Fresneda, responsable de Marketing de Kellogg en Iberia, “existe tal confusión en torno a la definición de alimento procesado que cuando preguntamos a los españoles casi por igual relacionamos el concepto con el número de ingredientes que contiene, con la naturalidad de esos ingredientes o con la complejidad de su proceso de elaboración o cocinado”. Ocurre lo mismo con el movimiento que defiende la “comida real”. El 78% de los encuestados declaran no saber en qué consiste o tienen una idea equivocada de su significado.
Por otro lado, Fresneda ha declarado que “del mismo modo que la población cada vez se preocupa más por llevar un estilo de vida saludable, se preocupa por el cuidado del planeta. En este sentido, nuestro estudio ha revelado que el 76% de los consumidores conoce que los alimentos de cultivo sostenible son aquellos que proceden de la agricultura que protege el medioambiente, es socialmente responsable y rentable para los agricultores”.