El 56,6% de los consumidores siente miedo ante la crisis del Covid-19. De hecho, la posibilidad de contagiarse en las tiendas, hace que se quede en casa. De ahí la importancia de que los retailers adopten medidas de seguridad como el control de aforo, considerada por el 68% de los españoles como la más importante.
De acuerdo al último estudio Aecoc Shopperview sobre las medidas de seguridad en el punto de venta, cerca del 80% de los consumidores asegura que es importante que las tiendas sigan cumpliendo los protocolos de seguridad frente al Covid-19.
Además del control de aforo, los consumidores agradecen la existencia de gel hidroalcohólico a la entrada del establecimiento (67%) o que haya un vigilante de seguridad que obligue a cumplir las medidas (64%).
Otras medidas también valoradas por el consumidor para sentirse seguros a la hora de comprar es que las tiendas den mascarilla a aquellas personas que no lleven (60%) o que haya pantallas de metacrilato en cajas o puntos de atención al cliente (57%).
Tomar la temperatura (38%) también es valorado por el consumidor, aunque es considerada la más invasiva.
Dispositivos antihurto
El 82,3% de los consumidores cree que los dispositivos antihurto son efectivos para evitar la pérdida desconocida. Además, un porcentaje similar revela que son necesarios para combatir esta práctica, que supone cerca de 1.800 millones de euros para los retailers españoles.
Los dispositivos antihurtos molestan menos en los supermercados que en las perfumerías, tiendas de ropa o electrónica y ferreterías, según el estudio. Sin embargo, de los dispositivos existentes en los supermercados, los que más detestan los consumidores son las vitrinas (17%), las cámaras de vigilancia (16%) y los vigilantes de seguridad (16%),
Esta percepción se debe a que “al consumidor no le gusta estar vigilado”, al mismo tiempo que busca una “mayor rapidez a la hora de hacer la compra para estar menos tiempo expuesto al contagio”, asegura Xavier Cros, responsable del estudio.
De hecho, un 30,3% de los españoles asegura que ha dejado de comprar un producto por estar dentro de una vitrina, principalmente porque no quiere perder el tiempo (38%) o por no ver el producto (36%).
En otros casos, uno de cada dos españoles se ha sentido incómodo alguna vez cuando la etiqueta antirrobo no estaba desactivada y ha pitado al salir. Por ello, los retailers “tienen que trabajar en medidas de seguridad que no afecten a la experiencia de compra de los consumidores”.
“Ir en contra de la experiencia de compra no beneficia a nadie, pero tampoco es bueno eliminar el efecto disuasorio”, señala Cros quien explica que la solución reside en “buscar mecanismos disuasivos, pero no invasivos”.
Por su parte, David Pérez del Pino, director general de Checkpoint Systems, comenta que “hay que combinar elementos de protección visibles e invisibles. Así, el que vaya con mala intención no sabrá si el producto está protegido o no”.