En 2020 el precio de los alimentos ha aumentado en España un 1,1%, idéntico valor al del conjunto de la Unión Europea. Considerando tanto el nivel de precios como el nivel de renta del consumidor, el acceso a los alimentos es un 5,6% más barato en España que en la UE-27. Más baratos aún son las bebidas no alcohólicas y alcohólicas, que cuestan un 7,6% y un 11,9% menos, respectivamente, que en la UE-27.
Así lo revela el “Observatorio de Cajamar sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo”, que recoge en su informe de 2020 que los hogares españoles destinan el 24% de la cesta de la compra a la adquisición de alimentos y bebidas, frente al 20,3% de los hogares de la UE-27. La mayor parte de ese porcentaje (21,3%) se utiliza para la adquisición de alimentos, mientras que el peso de las bebidas alcohólicas en España es el segundo menor, solo por delante de Grecia (1,2% frente al 2,2% de la media europea).
En 2020, el peso de los alimentos y bebidas en la cesta de la compra se ha incrementado en España un 22%, casi el doble que en la UE-27. El mayor consumo de alimentos en el hogar en un contexto de confinamiento y restricciones a la movilidad con motivo de la pandemia explica este aumento del peso de los alimentos y bebidas en la cesta de la compra en 2020.
Aumento de la aportación al PIB
El informe constata también un crecimiento del 5,3% en el valor añadido del sector primario (agricultura, ganadería y pesca). Un dato positivo que, aunque no ha permitido compensar el retroceso de la industria y la distribución, mucho más afectados por los efectos de la pandemia, sí ha limitado la contracción del sector en su conjunto al -2,5%, frente a la caída del -10,8% del PIB nacional.
El sector destaca por su productividad, un 38% superior a la media de la UE-27, y por el avance de las exportaciones, que han vuelto a registrar un máximo histórico de ventas, 54.840 millones de euros, un 2,3% más que en 2019, ha destacado el presidente de Cajamar Eduardo Baamonde, para quien “estos datos ponen de manifiesto que en 2020, tras declararse la pandemia, el sector agroalimentario ha reforzado su importancia como sector estratégico al garantizar el abastecimiento de alimentos a la población confinada, así como la continuidad del empleo y la actividad económica”.
Aunque el sector agroalimentario (incluida la distribución) también ha sufrido las consecuencias de la crisis, el descenso registrado en valor añadido y empleo (estimado en el -2,5% y -4,6%, respectivamente) reflejan un mejor comportamiento que la economía en su conjunto. Especialmente destacable ha sido la evolución de la actividad primaria (agricultura, pesca y ganadería), que ha demostrado su carácter estratégico con un crecimiento de su valor añadido del 5,3 % en un año tan adverso.
Sin embargo, los buenos resultados del sector primario no han sido suficientes para compensar los efectos de la pandemia en la industria agroalimentaria y la distribución. Esta última se ha visto perjudicada por las restricciones al canal horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías), amortiguadas, en parte, gracias al aumento del consumo de alimentos en los hogares.
Pese al descenso del 2,5% registrado en el valor añadido, el sector agroalimentario (sector primario, industria y también distribución) ha aumentado ligeramente su peso en el PIB nacional hasta suponer el 9,7% del total, 0,8 puntos más que en 2019 y 3,2 puntos por encima de la media europea (6,5 %). Esto demuestra la mayor especialización de la economía española en este sector. En total, el valor añadido del agroalimentario en España asciende a 99.355 millones de euros. Con estas cifras, nuestro país se sitúa como la cuarta economía del sector agroalimentario de la UE, ya que aporta el 12,7% del VAB comunitario del sector. España es el principal productor de ganado porcino, aceite de oliva y cítricos de la UE-27, con una cuota de mercado del 21,7%, 40,5 % y 61,1%, respectivamente.
La crisis causada por la pandemia ha tenido también consecuencias negativas sobre el empleo, ya que concluye que la mayor caída de empleo se ha dado en el sector primario (-7,7%), seguida de la industria de la transformación (-6,2%) y el comercio (-2,1%). En total, el sector agroalimentario ha sufrido un descenso del número de ocupados del 4,6%. Aun así, el empleo del sector representa el 11,7% del total de ocupados en España, con 2,27 millones de trabajadores y trabajadoras.
Productividad y exportaciones
En la presentación, Joaquín Maudos, director adjunto del Ivie y coautor del informe junto a la economista Jimena Salamanca, ha destacado que la productividad del sector agroalimentario (valor añadido por ocupado) se sitúa un 38% por encima de la de la UE-27, y que es mucho más competitivo que el europeo porque sus costes laborales por unidad de producto (CLU) son un 32% más reducidos. En comparación con la media de Europa, destaca sobre todo la elevada competitividad del sector primario (sus CLU son un 71 % más reducidos), siendo también más competitiva la industria de la transformación (con un CLU un 18% inferior a la UE-27). En cambio, el sector de la distribución de alimentos y bebidas en España es un 5% menos competitivo que la media europea.
En cuanto a las exportaciones, durante 2020 y a pesar de la pandemia, volvieron a registrar un máximo histórico al alcanzar los 54.840 millones de euros, tras crecer un 2,3%, casi cuatro veces más que la media europea. Por productos, destaca el aumento del 23,5% de las ventas al exterior del sector porcino, gracias a la mayor demanda de China, que vio mermada la producción interna a causa de la peste porcina africana. El sector agroalimentario aporta el 20,4% del total de las exportaciones de bienes de España y es la cuarta economía exportadora de la UE-27 con el 10,3% de las exportaciones agroalimentarias comunitarias.
España encadena dos décadas ininterrumpidas de superávit comercial del sector agroalimentario, pero el crecimiento registrado en 2020 fue muy importante, ya que se elevó un 25,4 % hasta situarse en un máximo histórico de 18.429 millones de euros, el segundo superávit más alto de la UE-27 por detrás solo de Países Bajos.
La UE-27 es el primer destino de los productos agroalimentarios españoles y concentra el 63,4% de las exportaciones. Dentro de Europa, Francia (15,6%), Alemania (11,9%), Italia (8,9%) y Portugal (8,4%) son los principales mercados. Tras el Brexit, Reino Unido se ha convertido en el país con la mayor cuota de exportaciones españolas (7,9 %) de fuera de la UE, seguido de China (6,8%) y Estados Unidos (3,7%), que va perdiendo peso como destino de las ventas al exterior del agroalimentario español. En 2020, la fruta y frutos comestibles son los principales productos agroalimentarios que ha exportado España y concentran el 18% del total de las exportaciones.
Por otro lado, el informe destaca el crecimiento del 1,1% en el número de empresas exportadoras del sector, que alcanza las 18.077 compañías, lo que es un rasgo a remarcar en el contexto de la crisis de la covid-19. También en este aspecto, la resiliencia del sector agroalimentario ha contrastado con la destrucción del tejido productivo exportador en el país durante 2020, con la desaparición del 6,3 % de compañías exportadoras en el conjunto de sectores productivos.
Por lo que respecta a la inversión empresarial en I+D del sector agroalimentario, el Observatorio la cifra en 354 millones de euros en 2018 (último dato disponible), lo que representa un crecimiento del 11,7% respecto al ejercicio anterior. Este incremento casi duplica al registrado por el sector en la UE-27 (6,5%) y ayuda a disminuir la brecha que todavía existe con Europa, ya que el esfuerzo inversor del sector agroalimentario está por debajo del europeo desde hace más de diez años (0,61% de su VAB frente al 0,75%, en 2018).