En la actualidad, el consumidor no sólo busca comer sano, sino que quiere que aquello que elige venga de una producción responsable y responda a un comportamiento ético acorde a sus valores. De este modo, el 67% de los consumidores opta ya por productos kilómetro cero, el 59% se decanta por fruta y verdura de proximidad y el 45% tiene interés en conocer el origen del producto.
Así lo recoge el informe Wave X-Remix Culture, realizado por el Grupo IPG Mediabrands, en el que han participado 56.398 consumidores, de 81 países y que analiza las tendencias culturales que movilizan a los consumidores. Una de ellas es Resist, que hace referencia a cómo los consumidores luchan cada día más por sus creencias y valores, siendo la sostenibilidad uno de los principales pilares; desde la ecología a la concienciación social.
Tal y como revela este informe, el debate se desplaza de lo sano/insano o natural/artificial, a una reflexión más profunda de los agentes implicados en el proceso: la sostenibilidad y la ética en toda la cadena de producción. “Los consumidores ya no solo se exigen compañías responsables, se demandan productos con valores y cobran gran importancia el origen y los procesos de obtención y elaboración”, destaca el estudio.
Así, la incertidumbre ante las consecuencias de los alimentos transgénicos, la penalización a los ingredientes artificiales, el incremento de alergias e intolerancias, las dificultades digestivas… son algunas de las principales inquietudes de este consumidor consciente y sostenible.
De hecho, la preocupación por llevar una dieta sana ha producido un crecimiento continuado de las ventas de productos Eco & Bio (un 8,4% desde 2013), a la par que aumenta la reticencia a consumir aditivos artificiales y un exceso de carne roja (-35% en el último año).
Y el futuro lleva el mismo camino ya que este estudio afirma que en los próximos tres años el 23% incrementará su consumo de productos eco vegetales, mientras que el 13% incrementará su consumo de productos eco no frescos.
Respecto a las empresas, el 61% de estos consumidores considera que las marcas tienen un roll importante en el bien social. Pero cada vez son menos crédulos, desconfían y son más críticos con la información que les rodea. Se trata de un consumidor muy analítico y no se cree todos los mensajes de marcas y empresas que le llegan.
“Ante este nuevo consumidor más concienciado y que demanda más transparencia, debemos, ahora más que nunca, trabajar propuestas de valor en las que las marcas muestren coherencia entre lo que comunican y lo que son, apoyando valores y causas relevantes para los consumidores”, afirma Mapi Merchante, Analytics, Insights & Strategy Director de IPG Mediabrands.