UNO, la Organización Empresarial de Logística y Transporte de España, ha adelantado que “ya hay sectores económicos muy expuestos en su cadena de suministro, como consecuencia de la guerra desatada entre Rusia y Ucrania”. Entre estos sectores se encuentra también el de la alimentación.
“La economía europea no tiene un elevado número de proveedores rusos y ucranianos en su primer nivel de relaciones; sin embargo, éstos van ganando protagonismo a medida que se escala en las cadenas de suministro y, más especialmente, cuando llegamos a las materias primas que favorecen el proceso productivo”, destaca el presidente de UNO Logística, Francisco Aranda.
Según la patronal, “la alimentación puede verse afectada porque la guerra enfrenta a dos países muy relevantes en la producción de cereales como el trigo, el maíz, el centeno o la cebada, que están presentes en numerosos productos comestibles, tanto para la nutrición humana como animal”. “De hecho, Rusia es el primer país en exportaciones de trigo, mientras que Ucrania suministra el 35% de todos los cereales que entran en la Unión Europea”, ha concretado Aranda.
Desde UNO alertan de que la dimensión del problema de aprovisionamiento se determinará en función de la duración e intensidad de la guerra. “Esta circunstancia, así como la tensión en la cadena de suministro que llevamos padeciendo desde hace dos años, está provocando la transformación hacia una cadena de suministro más corta, más próxima al cliente final y que no esté basada básicamente en costes, sino en eficiencia y garantía de aprovisionamiento ante situaciones imprevistas”, destaca Aranda.
“La interrupción de un sólo eslabón de la cadena de suministro puede provocar el parón completo de la producción; por lo tanto, podemos afirmar que la logística ha pasado a ser un elemento estratégico de las empresas”, ha concluido.