Las alertas alimentarias crecen en verano de la misma manera que lo hacen las auténticas intoxicaciones. En concreto, en España se han registrado 15 alertas alimentarias reales en los últimos tres años, según los registros de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). No obstante, cada vez es más común recibir en el móvil o ver en redes sociales cadenas de mensajes alertando sobre supuestas contaminaciones de alimentos que son falsas.
Coincidiendo con el reciente episodio de intoxicación por listeriosis en productos de carne mechada detectados en varias localizaciones de España, IMF Business School señala tres claves para que los consumidores sepan diferenciar entre los bulos sobre alimentos tan abundantes en Internet de las alertas alimentarias reales a tener en cuenta.
De este modo, si llega solo por redes sociales, no hay peligro. Siguiendo con el caso de listeriosis detectado en varios puntos de España, el Ministerio de Sanidad fue el organismo encargado de confirmar y decretar la alerta sanitaria por este brote. No se puede decir lo mismo de muchas otras supuestas alertas, en las que los principales medios de difusión suelen ser Facebook y Whatsapp. Si un producto es realmente dañino para la salud y es retirado del mercado, con total seguridad los consumidores se enterarán antes por organismos oficiales y medios de comunicación que por sus redes sociales.
Además, la escuela de negocios asegura que hay que huir de lo llamativo y alarmista como por ejemplo, “¡¡Alerta de alimentos contaminados!! ¡¡Reenvíalo a todos tus contactos!!” Sería muy raro ver este tipo de titulares en noticias sobre intoxicaciones de un periódico o un telediario, pero esta fórmula casi siempre se repite en las supuestas alertas alimentarias difundidas a través de Internet. Su objetivo: causar alarmismo y difusión llamando la atención con mayúsculas, signos de exclamación, exageración y llamadas al reenvío.
En último lugar, se trata de conocer el origen de esa noticia. Las mejores mentiras siempre tienen un punto de verdad. Un ejemplo de ello se dio con la difusión en 2017 de varias noticias descontextualizadas sobre el supuesto “aceite de oliva lampante tóxico”, todas ellas basadas en un estudio de la OCU del 2012 en el que solo hablaba de que algunos aceites no cumplían con la normativa. Para evitar estas “medias verdades”, es fundamental contextualizar la fecha de la noticia y acudir a la fuente de origen en vez de quedarse en la cadena que ha llegado a Whatsapp.