Avianza, la Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola, hace balance de 2023 con una visión de la actividad del sector durante el último año. Así revela que los índices de producción de carne avícola han alcanzado los niveles de 2021, con una previsión de superar a los 1,68 millones de toneladas (pollo, pavo y codornices), frente a los 1,63 millones de 2022.
En concreto, este año se ha aumentado la producción en un 2,5%, con un incremento del peso medio de las aves. Además, el consumo en los hogares se ha recuperado en relación con el año 2022, convirtiéndose en un producto refugio de los hogares en 2023. Sin embargo, la organización señala que el incremento no permite aún cubrir los grandes esfuerzos económicos para afrontar las sucesivas crisis de estos dos últimos años, ni el incremento de los costes de producción asociados a nuestra actividad.
Pese a todo, la asociación ha perseguido dos grandes objetivos. En primer lugar, la promoción de la carne avícola española entre los consumidores españoles, posicionándose en torno a tres valores: Sostenibilidad, Bienestar Animal y Seguridad Alimentaria. Para ello ha contado con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Alimentos de España, o la Comisión Europea, con proyectos cofinanciados que se suman a la inversión de los propios socios.
El segundo gran objetivo ha sido la internacionalización del sector, con aperturas de nuevos mercados como México, el refuerzo de las acciones comenzadas con ICEX en Emiratos Árabes Unidos, un mercado prioritario, o la previsión de recepción de misiones comerciales procedentes de China, Filipinas o Singapur.
“Todo ello sin olvidar una gran reivindicación: el reconocimiento cárnico avícola español como representante de la marca España y de nuestra riqueza gastronómica, así como nuestra contribución a una alimentación saludable, asequible y segura”, destaca Avianza.
Consecuencias de la normativa en materia de bienestar animal propuesta por la Comisión Europea.
Según Avianza, el impacto sobre el sector de producción de carne avícola en España de una posible implementación de las recomendaciones de la EFSA (en valoración por parte de la Comisión Europea) obtendría las siguientes consecuencias:
-Reducción de casi un 70% de la superficie útil de las granjas. Es como si se cerrasen 3.500 granjas, de las 5.000 actuales. Por lo que se necesitarían construir esas 3.500 granjas para compensar y abastecer el nivel de demanda actual
-Construcción de alrededor de un 73% más de naves para compensar y poder abastecer el mercado. Esto supondría una inversión de más de 1.800 millones de euros
-Retroceder en los avances en genética que permiten en la actualidad ser la producción más sostenible, eficiente y responsable con el medio ambiente y garantizar la seguridad alimentaria
-El precio de la canal se podría triplicar en granja. En el producto más consumido en España, la pechuga, podría llegar a los 15 euros o 20 euros el kilo en pollo de graja convencional. Este incremento supondría para la mayoría de los españoles convertir el pollo en un producto de lujo para las familias, que perderían la posibilidad de acceder a una proteína de muy alta calidad