La conocida como huerta de Europa alcanzó una producción durante la campaña pasada de cuatro millones de toneladas y se erige como el principal proveedor de frutas y verduras frescas dentro de la Unión Europea. De hecho, uno de cada tres hortalizas que se consumen en invierno en Europa han sido cultivadas en los invernaderos solares del sudeste español, según el programa Cute Solar.
Estas cifras corroboran la vocación europeísta del sector. El 75% de la producción española cultivada en invernaderos solares se destinó, en 2021, a la exportación al mercado interior europeo, en su mayoría a Alemania (37%), Francia (19%), Reino Unido (13%) y Países Bajos (10%), lo que sitúa a España como uno de los principales proveedores de hortícolas dentro de la Unión Europea.
En esta zona, que ocupa apenas 50 kilómetros de costa, en las provincias de Almería y Granada, se concentran 36.000 hectáreas de invernaderos solares que garantizan el abastecimiento de frutas y verduras frescas a un mercado de 500 millones de europeos, incluso en los meses más duros de la época invernal.
La sociedad demanda cada vez más frutas y hortalizas de calidad, seguras y sostenibles, por eso, “que España sea capaz de producir en los invernaderos solares productos frescos y naturales durante todo el año es un pilar básico en el mantenimiento de la soberanía alimentaria europea, que se ha demostrado muy necesaria. Tal y como nos han mostrado los recientes episodios vividos, es de especial importancia para Europa salvaguardar y potenciar modelos de producción europeos que promuevan la sostenibilidad ecológica, social y económica y aseguren un nivel suficiente de independencia alimentaria como Unión Europea”, reconocen desde el consorcio de Cute Solar.
Amenaza de países terceros
Sin embargo, en los últimos años se observa con gran preocupación, desde el sector productor español, la cada vez mayor dependencia alimentaria de Europa de países terceros. En el caso de las frutas y verduras procedentes de países terceros, han aumentado, en los últimos siete años, más de cinco puntos porcentuales, pasando de 1,2 millones de toneladas en 2015 a 1,8 millones en 2021, mientras que las de origen Europa han disminuido en un porcentaje similar. Este caso es especialmente grave para algunos productos como el tomate, del que, desde 2015, se han perdido casi 140.000 toneladas de origen España y han incremento en más de 234.000 toneladas los de origen Marruecos y Turquía, recuerda Cute Solar.