El primer año de pandemia ha abierto una importante brecha en la economía doméstica de muchas familias, tal y como revela una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) con el fin de valorar la solvencia financiera de los hogares, o lo que es lo mismo, su capacidad para afrontar los diferentes gastos domésticos.
Así, el informe apunta partidas de gastos relevantes que resultan difíciles de afrontar. Les sucede a un 30% de los encuestados cuando se les pregunta por el pago de los suministros de gas, luz y agua. Y a un 26% cuando se alude a la adquisición de alimentos básicos como la carne, el pescado, las frutas o las verduras. Además, acudir al dentista o a la óptica supone un importante esfuerzo económico para el 42% y el 29% de las familias, respectivamente.
Los datos también reflejan tanto una mejora de la solvencia familiar entre las familias que han mantenido sus ingresos, probablemente como consecuencia de la reducción del consumo y la movilidad (el 55% de los encuestados), como un significativo deterioro entre aquellas familias que sufrieron una reducción igual o superior al 25% de sus ingresos respecto a 2019 (el 24% de los encuestados).
Pero las dificultades económicas no han afectado por igual a todas las regiones. La peor evolución se concentra en dos comunidades autónomas en las que la dependencia del sector turístico es muy grande: Canarias cae al último puesto y se sitúa casi diez puntos por debajo de la media nacional; y Baleares, que en 2019 era una de las mejor situadas en el ranking, se precipita hasta el cuarto puesto por la cola. Entre las mejores destacan La Rioja, seguida de Aragón y Castilla y León, tres puntos por encima de la media.
OCU pide al Gobierno ayudas directas a los consumidores vulnerables, especialmente en hogares con niños, entre los más afectados según la encuesta; además debería de agilizarse el acceso a otras ayudas que ya existen como el bono eléctrico (y el térmico).