Las salidas al mercado de aceite acumuladas durante esta campaña (hasta el mes de agosto) se han cifrado en 1,5 millones de toneladas, lo que supone un récord absoluto de comercialización, superando los datos de la campaña pasada que obtuvo el mejor dato histórico.
Esto se suma al buen ritmo de desarrollo de la campaña, con cuatro meses con cifras mensuales récord de comercialización, entre ellas el pasado agosto con 129.000 toneladas, según informa Cooperativas Agro-alimentarias de España.
Respecto a la producción, las cooperativas esperan para la próxima campaña 2022/23, 900.000 toneladas, siempre y cuando el otoño sea normal en precipitaciones, dado que, si se mantiene la sequía y las altas temperaturas, la producción se situará por debajo de esta cifra.
La reducción de la cosecha a nivel europeo es del 35%, tal y como ha adelantado en sus previsiones el COPA-COGECA, situándose en 1,4 millones, lo que supone una reducción de la disponibilidad de aceite en el mercado internacional de casi 800.000 toneladas.
Los representantes de las cooperativas oleícolas aseguran que los costes se han multiplicado por cuatro en el último año y esto va a repercutir directamente en las almazaras que, concentran la mayor parte del coste energético en los meses de entrega de la aceituna, de octubre a enero fundamentalmente. Con una cosecha muy escasa, los mayores gastos absolutos energéticos y de elaboración, se repercuten sobre una menor producción y, por tanto, el coste unitario por kilogramo de aceite producido se incrementa notablemente.
“De no producirse una solución rápida por parte del Ministerio de Transición Ecológica, tal y como se comprometió el presidente del Gobierno en el Senado la semana pasada, podría paralizarse en algún momento de la nueva campaña la producción de aceite de oliva en las almazaras, ante la imposibilidad de dar salida al subproducto que generan”, aseguran desde cooperativas.