Entre las cualidades más valoradas del ecommerce se encuentra la velocidad, un factor muy demandado por los consumidores. De ahí que haya nacido una nueva generación de comercio electrónico, el denominado Q-commerce o quick commerce, que garantiza al cliente entregas muy rápidas.
El quick commerce representa la tercera generación del comercio electrónico, o más bien, la nueva frontera del sector. A diferencia del comercio electrónico tradicional, este se caracteriza por entregas de 15 minutos a dos horas.
Esta rapidez tiene su clave en la proximidad a los almacenes logísticos, los medios de transporte utilizados para las entregas (principalmente e-bikes, patinetes eléctricos o bicicletas) y una tecnología cada vez más orientada al consumidor que, a través del big data, permite un análisis en profundidad de las preferencias de los consumidores.
Nacido en el sector de la alimentación y para cubrir necesidades básicas durante la pandemia, poco a poco este tipo de comercio electrónico ha ido involucrando a más y más sectores. Su fuerza radica en una red capilar de almacenes locales en áreas adyacentes a las de compra.
Según un estudio reciente de Packlink, el 55% de los españoles cree que la velocidad de entrega es una característica importante a la hora de elegir un comercio electrónico. La encuesta señala que los más impacientes a la hora de recibir entregas son los manchegos (76%), canarios (63%) y gallegos (58%). Además, el quick commerce pone a disposición del usuario una gran variedad de productos, manteniendo la ventaja del consumo de proximidad.
A través de los almacenes repartidos localmente en las inmediaciones del cliente, el comercio rápido es capaz de cubrir las entregas que se realizan más rápido y de manera más eficiente. Por lo tanto, esto se convierte en un incentivo incluso para que las pequeñas empresas locales participen en este proceso. Esto permite, por lo tanto, forjar alianzas entre las plataformas logísticas y las pequeñas empresas de la zona.
Según este estudio de Packlink, el 75,6% de los encuestados tiene en cuenta el compromiso medioambiental y social de una marca en su elección de compra online y el 63,9% asegura que estaría dispuesto a pagar un precio extra por un embalaje de paquetes y envíos respetuoso con el medioambiente.
Asimismo, el comercio rápido fomenta el uso de vehículos eléctricos como e-bikes, patinetes y ciclomotores eléctricos, reduciendo las emisiones de CO2 y, precisamente por su naturaleza, se concentra en áreas geográficamente más pequeñas, reduciendo la distancia entre los almacenes y el cliente final.
“El quick commerce está dando sus primeros pasos y en su evolución natural estará la incorporación de los pequeños y medianos negocios locales, además de contribuir a la sostenibilidad medioambiental. Esto puede tener un impacto no sólo para una recuperación y crecimiento a largo plazo, sino también para experimentar nuevos horizontes y repensar la estructura de la red logística. Todo apunta a que el quick commerce será un pilar fundamental en el sector del comercio electrónico en los próximos años”, señala Noelia Lázaro, directora de Marketing de Packlink.