Los hogares españoles han empezado a modificar sus comportamientos de compra a raíz de la alerta sanitaria causad por el coronavirus, tal y como ha constatado el estudio de los hábitos de compra y consumo presentado este viernes por la consultora Kantar, que destaca que la creciente preocupación de los hogares españoles está empezando a afectar al consumo.
Así, la semana del 24 de febrero al 1 de marzo se ha producido un incremento del 113% de gasto en gran consumo respecto al promedio semanal de los dos meses anteriores. Asimismo, se detecta un repunte del 154% del consumo tras el anuncio de medidas extraordinarias el pasado 10 de marzo. Y el 11 de marzo, se disparó hasta el 180%.
El incremento del consumo se aprecia en todos los canales de distribución, destacando los canales de droguería/perfumería, con un aumento del 245%, el online, que ha registrado una subida del 138% y el híper/súper, que ha repuntado un 114%.
Éste último ha llegado a elevarse hasta el 160% en promedio el pasado martes día 10, mientras que en las tiendas de proximidad ha llegado a registrarse un 190% más de gasto. Las tiendas de alimentación y el canal especialista, por su parte, han obtenido incrementos del 111%.
Regionalmente, este impacto no se limita solo a las zonas con alerta sanitaria. Así, antes de la activación de los protocolos extraordinarios en la Comunidad de Madrid, Vitoria y La Rioja, la mitad de los españoles se declaraba preocupado por el impacto del coronavirus en su vida cotidiana. Esta preocupación era elevada para un 29,2% de la población que afirmaba estar muy preocupados.
Esta cifra ha aumentado seis puntos más hasta el 10 de marzo. Además, el grupo de personas muy preocupadas por el coronavirus muestra un incremento del gasto en productos de gran consumo superior a la media.
Por categorías destacan el gasto en jabón de manos platos cocinados, conservas, celulosa del hogar y limpiadores del hogar. El grupo demográfico más preocupado es el de las personas mayores de 75 años, que en una semana duplican su preocupación.
Los principales cambios de hábitos observados en los consumidores españoles son una mayor preocupación por la higiene (especialmente el lavado frecuente de manos), y un intento de reducir su actividad fuera del hogar: no frecuentar aglomeraciones, menor consumo en bares y restaurantes, evitar usar el transporte público o ir al gimnasio, entre otros.