La Picota del Jerte con Denominación de Origen es diferente al resto de las cerezas del mundo. Por ello, es un producto por el que hay que apostar y debe ser valorado y cuidado. Esta ha sido la principal conclusión de las XII Jornadas Técnicas organizadas por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte y que han tenido lugar este pasado miércoles en Cáceres.
La presidenta de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte, Clara Prieto, ha destacado que las XII Jornadas Técnicas han cerrado de manera “muy satisfactoria”, tanto por el debate surgido entre los expertos como por la afluencia de público, que ha superado las 170 personas.
Entre los principales puntos debatidos se encuentran los retos a los que el sector tiene que hacer frente. Uno de los más importantes es “conseguir que el consumidor final sepa que la picota no está disponible toda la temporada, sino que solo crece durante un tiempo determinado”. Además, es una fruta que se desarrolla en el terreno acotado por la demarcación geográfica, por lo que la producción es limitada y no se puede ampliar. Estos factores, según ha explicado Prieto, “aportan un valor añadido al producto, que cuenta con una calidad superior y un sabor distinto”.
Otro de los principales retos a los que se enfrenta la DOP Cereza del Jerte es el relevo generacional, que “no está garantizado”. Para hacerle frente, tal y como ha concluido la presidenta, “hace falta que los jóvenes se den cuenta de que la Cereza del Jerte es un producto del que se puede vivir, pero para ello hace falta trabajarlo y cuidarlo a largo plazo”.
Como conclusión de las XII Jornadas Técnicas se extrae que las Picotas del Jerte son un producto “especial y limitado”. Por este motivo, la Denominación de Origen centra sus esfuerzos en que este valor añadido sea conocido por el consumidor final: “Vamos por buen camino, pero queda trabajo por hacer”, ha concluido la presidenta de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte.