La comercialización de aceite de oliva va camino de alcanzar la tercera campaña de récord consecutiva. Y es que el mes de febrero se ha cerrado con 140.000 toneladas vendidas. Además, el informe hecho público por la AICA deja también claro que, prácticamente ya concluida la campaña de recolección, se han superado todas las previsiones al tener una producción acumulada de más de 1,4 millones de toneladas.
Para el responsable de la Sectorial de Olivar y Aceite de UPA y secretario general de UPA Andalucía, Cristóbal Cano, la mejora de los rendimientos con respecto al pasado año y el adelanto de la recolección por la falta de precipitaciones han hecho que la producción sea mayor de la prevista en un principio.
“Al final hemos superado la cifra de 1,4 millones de toneladas de aceite de oliva en España. Pero lo que más tenemos que destacar es, una vez más, el importante dato de comercialización, puesto que en febrero se han vendido 140.000 toneladas, cantidad que hace que nos encaminemos hacia la tercera campaña consecutiva de récord. Esto demuestra que el consumo no se resiente con los precios ya estabilizados por encima de los costes de producción en el olivar tradicional, y más en una situación complicada por la guerra en Ucrania”, afirma Cano.
Este dato de la comercialización es importante, por cuanto en diciembre de 2021 se vendieron 113.000 toneladas (contando con las importaciones), mientras que en enero de 2022 salieron 126.000 y en febrero han sido 140.000. “Vemos cómo las ventas están consolidando el ritmo que llevaban el año pasado. Es una magnífica noticia, porque se demuestra que todo el aceite de oliva que se produce se vende. A más aceite, más ventas y, encima, con unos precios estabilizados superiores a los tres euros por kilo. Y esa tiene que ser la clave ahora, conseguir un equilibrio de precios que permita consolidar el consumo”, recuerda Cristóbal Cano.
El secretario general de UPA Andalucía hace hincapié también en que “las ventas, y sobre todo las exportaciones, marchan bien. Así lo reflejan los datos, y eso puede dar mayor confianza al sector olivarero de que podemos ser capaces de marcar el futuro inmediato de los precios en origen para mantenerlos estables por encima de los costes de producción en el olivar tradicional».