La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha elaborado un documento con las principales prioridades del sector de cara a la Presidencia del Consejo de la Unión Europea que España asume a partir del próximo 1 de julio.
“Nuestro país tendrá un papel muy destacado en la configuración de importantes programas de influencia directa sobre el futuro económico de la región, especialmente en un momento marcado por los interrogantes sociales, económicos y medioambientales, el conflicto en Ucrania, la crisis energética o la tensión por la inflación”, señala la entidad, que considera “imprescindible” impulsar la competitividad del que es el mayor sector de la Unión Europea.
Según datos de su homóloga europea, FoodDrinkEurope, la industria europea de alimentación y bebidas genera una facturación de 1,2 billones de euros y un valor añadido de 246.000 millones de euros, lo que le convierte en el sector que más contribuye a la economía europea.
“La industria de alimentación y bebidas está en posición para favorecer que la Unión Europea consolide su posición como actor global. Para ello, es vital la construcción de marcos positivos y estables para impulsar no solo la competitividad de un sector prioritario, sino la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos a través de un sector industrial seguro, saludable y sostenible”, ha destacado Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB.
Ocho puntos clave para fortalecer el mayor sector económico de la UE
La primera de las medidas se relaciona con la crisis global y su impacto en la situación energética, la inflación y el abastecimiento de materias primas, puntos trascendentales en la viabilidad del sector industrial. FIAB considera imprescindible que la Comisión Europea adopte medidas para garantizar a medio y largo plazo su competitividad como sector estratégico, por su contribución al desarrollo económico y social, y vital, por el abastecimiento de productos seguros y de calidad a la población.
Por ello, cree necesario “revisar las figuras impositivas y no impositivas que suponen una traba a la actividad y a la eficiencia del sector”. La Federación apunta a paralizar la aprobación de esas nuevas cargas y analizar aquellas existentes para su posible eliminación, junto a la revisión de los impuestos medioambientales que afectan directamente a las empresas en un momento muy crítico para estas.
“Para bordar dicha estrategia a largo plazo, es indispensable la dotación de ayudas directas y de los fondos europeos para paliar los efectos directos de los precios de la energía y el impacto por la tensión en materias primas. Además, se debe facilitar y flexibilizar el acceso a estos fondos para que ninguna empresa quede fuera de las convocatorias, eliminando las barreras burocráticas y aumentando la dotación al sector industria”, señala.
Asimismo, y como uno de los grandes avances y pilares de la región, el sector solicita la defensa del libre mercado y el buen funcionamiento del mercado único, garantía del acceso a una oferta de productos seguros, de calidad, amplia y asequible. “La fragmentación del mercado interior por las iniciativas nacionales en cuestiones como el etiquetado, dispares estrategias en nutrición y salud, la gestión ambiental o el control administrativo, rompen la dinámica y crean barreras a la competitividad europea”, explica.
Con respecto a la información facilitada en el consumidor, en concreto, son de especial interés aspectos como el etiquetado nutricional en la parte delantera del envase, los perfiles nutricionales, la indicación sobre el origen, el marcado de fechas de caducidad y consumo preferente o el etiquetado para las bebidas con contenido alcohólico. FIAB considera que la revisión del Reglamento siempre debe encaminarse a proporcionar un marco jurídico armonizado, proporcional, equitativo y con base científica, evitando estigmatizar alimentos, ingredientes o procesos.
En materia de sostenibilidad, la industria trabaja bajo las directrices del Pacto Verde y aboga por una transición hacia un sistema productivo más sostenible y a la vez competitivo. Para ello, afirma, “es necesario alinear la legislación con otras políticas y códigos europeos, así como con marcos y estándares reconocidos internacionalmente. Asimismo, lo es crear seguridad jurídica y garantizar unas condiciones de competencia equitativas entre todas las empresas de la UE”.
FIAB considera esencial un sistema alimentario sostenible armonizado que garantice un mercado interior fuerte y en el que la regulación y los requisitos mínimos sean exigibles a todos los productos, de dentro o fuera de la UE. “En este proceso, el apoyo a las PYMES es crucial para un sector donde el grueso de su tejido empresarial lo componen estas pequeñas y medianas empresas”, destaca.
En cuanto a la legislación europea sobre envases, cree que las medidas deben orientarse a largo plazo, dando tiempo a las empresas a adaptarse a posibles cambios que conlleven impactos relevantes en los procesos productivos y altas inversiones. Además, cualquier nuevo objetivo de circularidad debe basarse en una evaluación del ciclo de vida completo y en un análisis sólido de coste-beneficio de la medida y debe fomentarse la reutilización efectiva.
“Consolidar la base exportadora de la industria de alimentación y bebidas europea es prioritario. Dentro de los objetivos para la internacionalización, se debe seguir trabajando en la cooperación con Reino Unido hacia un acuerdo comercial más ambicioso y cercano a la situación anterior al BREXIT. Igualmente hay que intensificar las conversaciones para la de suspensión definitiva de los aranceles de Estados Unidos, eliminando las barreras aún existentes para algunos productos, y apoyar nuevos acuerdos de libre comercio con zonas económicas prioritarias”, asegura.
Finalmente, la Federación considera estratégico impulsar la economía del conocimiento y la innovación como base de todas estas actuaciones, así como apoyar las nuevas startups e incorporar nuevo talento adaptado a las necesidades de un sector que se reinventa constantemente.