La DO Cava ha celebrado este lunes una jornada profesional en la emblemática La Pedrera-Casa Milà de Barcelona para presentar sus nuevas tendencias y dar a conocer por primera vez en público el nuevo sello de Elaborador Integral, una de las ambiciosas iniciativas de la exigente normativa de la que se ha dotado la DO CAVA con la nueva segmentación y zonificación.
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cava distingue con este sello a aquellos productores que elaboran sus vinos al 100% en su propiedad (prensado y vinificación). De esta forma, se certifica que toda la producción se lleva a cabo en la propiedad, sin comprar vinos ni botellas en rima o en punta a otros elaboradores, y que los cavas se comercializan bajo marcas que no se comparten con otros elaboradores de Cava.
El presidente de la entidad, Javier Pagés, ha abierto el acto con una ponencia donde ha analizado el presente y el futuro del Cava y sus elaboradores. Pagés ha insistido en la relevancia de este sello “a la hora de trasladar al consumidor una gran garantía de trazabilidad del producto”, y se ha mostrado convencido de que “el sello de elaborador integral es para todos. Un control de producto desde el principio hasta el final. Es un concepto muy claro de lo que se quiere hacer y muy cercano a la viña, al territorio y al producto para alcanzar cotas de la más alta de calidad y prestigio. La DO CAVA lleva tiempo avanzando en los principios de calidad y esta normativa lo que permite es ahondar en un discurso para el consumidor, para que conozca el origen del Cava”.
Además, el presidente del Consejo Regulador ha añadido que “el Cava está en un momento impresionante y nuestro principal objetivo es añadir valor a las botellas que viajan alrededor del mundo. No hay una Denominación de Origen que tenga tanta visibilidad internacional como el Cava. Este valor es muy importante y la historia lo avala con el esfuerzo y trabajo de muchas generaciones y familias”.
Un total de 13 las cavas han recibido el sello de Elaborador Integral: Agustí Torelló Mata, Alta Alella, Cava Avinyó, Can Sala, Can Suriol, Celler Carles Andreu, Cava Gatell, Giró del Gorner, Juvé & Camps, Parató Vinícola, Parés Baltà, Romagosa Torné y Vins el Cep. Todos ellos han subido al escenario destacando el reconocimiento de sus bodegas y se han mostrado altamente satisfechas y agradecidas por ello.
La ponencia también ha servido para poner en valor el ambicioso proceso llevado a cabo para implementar la nueva normativa del Consejo Regulador ya vigente, destacando su importancia en el camino hacia la producción sostenible y también ecológica. Una “obra que todavía no ha acabado y que queda camino por recorrer” ha resaltado Pagés.
La segunda ponencia ha ido a cargo de la Master of Wine británica Sarah Jane Evans, una gran amante del Cava y del vino español, escritora, periodista y copresidenta de los Decanter World Wine Awards, que ha explicado que “los consumidores perciben los detalles y la conexión con las bodegas y esto es lo que consigue el nuevo sello de Elaborador Integral. El llegar al consumidor a través de una familia, historia, viñedo, origen, método y tradición. Cuando el Cava se vende y exporta a otro país, los sumilleres y tiendas buscan cosas diferentes. Siempre hay un lugar para Cavas distintos y eso es lo que el cliente del mercado inglés busca: curiosidades, origen y territorio”.
Por su parte, el periodista y sumiller Ramon Francàs se ha encargado de poner el broche de oro a la jornada donde ha explicado “¿Cómo crear una carta de Cavas excelentes?”. Francàs ha detallado lo que hay que hacer y lo que es conveniente evitar, respondiendo preguntas como como qué es lo que se debe tener en cuenta para elegir los Cavas en una carta de vinos de un restaurante.
El periodista y sumiller ha expuesto diversas cartas de restaurantes y ha lamentado que “no es fácil ver botellas de Cava en los restaurantes. Quizás en sus cartas sí haya, pero no tanto en sus mesas”. Ha añadido que “no es lógico que el espumoso de calidad más exportado del mundo y el vino español más exportado no tenga un mejor trato y consumo en su cuna”. En este sentido ha querido recordar que “el Cava suma 320 millones de kilos de uvas, contribuyendo a mantener preciosos paisajes ancestrales de viñedos. De hecho, suma más de 38.000 hectáreas de viñas, en las que trabajan 6.800 viticultores (son muchas familias). Además, sus 370 bodegas asociadas están presentes en más de 100 países”.