En el mes de agosto se ha registrado un récord de comercialización de aceite de oliva, con la cifra más alta en este mes de los últimos años, 123.000 toneladas vendidas y a falta de conocer la cifra exacta de las importaciones, según los datos de AICA.
Se estima así que esta será “una campaña de comercialización en la que batiremos todos los registros, con más de 1,6 millones de toneladas vendidas, y que pone de manifiesto que nos encaminamos a un enlace de campaña por debajo de las 500.000 toneladas”, tal y como ha destacado el responsable de la Sectorial de Olivar y Aceite de UPA, y secretario general de UPA Jaén, Cristóbal Cano, que ha destacado que “una comercialización de récord y unas existencias un 30% inferiores al pasado año por estas mismas fechas son datos más que suficientes para corroborar que solo la especulación es la causa de que tengamos unos precios de ruina en origen”.
«Las salidas de aceite de oliva en agosto suponen un nuevo récord de ventas y significan que superaremos los 1,6 millones de toneladas en esta campaña de comercialización. Estas cifras representan una realidad absolutamente objetiva frente a la injusta situación de bajos precios en origen y confirman lo que venimos denunciando desde hace tiempo, que no hay un déficit estructural marcado por un ‘hipotético’ desajuste entre la oferta y la demanda. Hoy por hoy está muy clara la situación: solo los especuladores, con su presión y saltándose a la torera la Ley de la Cadena Alimentaria, permiten que los precios en origen continúen sin salir de su estado comatoso y a la baja, llevando a la ruina al olivar tradicional», ha asegurado Cristóbal Cano.
Ante esta situación, el responsable de la Sectorial de Olivar y Aceite de UPA insiste en las «malas prácticas comerciales» de la industria, y espera que la previsión de una campaña mundial menor en producción a la pasada sirva para que los precios en origen del aceite de oliva español comiencen a repuntar. No obstante, UPA vuelve a reclamar a las administraciones un compromiso “más serio” con el cumplimiento de la modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria ya en vigor y que “pongan en marcha un ambicioso plan de inspecciones y controles a la industria para que, simple y llanamente, cumplan la ley y no sigan comprando aceites por debajo de los costes de producción”.