La cervecera holandesa Heineken ha registrado unos ingresos de 11.156 millones de euros en los seis primeros meses del año, lo que supone una reducción del 18% respecto al mismo periodo del año pasado, según ha informado en comunicado la compañía.
Asimismo, ha obtenido unas pérdidas netas de 297 millones de euros en contraste con el beneficio neto de 936 millones registrado entre enero y junio de 2019, debido al impacto adverso de la amortización de activos tangibles e intangibles.
En concreto, la empresa cervecera estima que el impacto negativo de atípicos en la primera mitad de 2020 ascendió a 524 millones de euros, frente a los 118 millones del primer semestre de 2019. Sin tener en cuenta el impacto de elementos extraordinarios y amortizaciones, el beneficio operativo de la cervecera disminuyó un 53,5%, hasta 827 millones de euros.
Tal y como ha explicado Dolf van den Brink, CEO y presidente de la Junta Ejecutiva, comentó “la primera mitad de 2020 se definió por desafíos sin precedentes y estoy muy orgulloso de nuestros empleados en todo el mundo que se están adaptando rápidamente a las nuevas realidades emergentes mientras se ocupan de entre nosotros, nuestros clientes y nuestras comunidades”.
“La marca Heineken demostró una vez más su fortaleza con un crecimiento de dos dígitos en 14 mercados y un impulso continuo de Heineken 0.0. Nuestro resultado final se vio desproporcionadamente afectado debido a la disminución del comercio europeo, así como a las restricciones temporales del gobierno sobre nuestras actividades en México y Sudáfrica. Hemos tomado medidas de mitigación e intensificaremos aún más nuestro enfoque en los costos. Heineken ha entrado en crisis con una sólida posición financiera, una huella global diversificada, grandes marcas, una intimidad superior con el consumidor y el cliente y equipos altamente dedicados y talentosos. En el futuro y a medida que los mercados se recuperen, aprovecharemos estas fortalezas únicas para trazar nuestro próximo capítulo de crecimiento», ha añadido.