La industria alimentaria avanza hacia el futuro y no volverá a ser igual ya que los consumidores dirigen sus intereses hacia alternativas saludables, locales, responsables, sin carne y transparentes, y las empresas se ven obligadas a evolucionar ante la amenaza de Amazon y el resto de disruptores digitales.
Así lo destaca la consultora Alonso/Poli, que añade que “frente a un comprador que está más informado que nunca y cuyos hábitos están transformándose rápidamente, las compañías no tienen más remedio que innovar y reubicarse en el nuevo panorama”.
De este modo, la compañía establece junto con su partner Duval Union Consulting en su estudio The Future of Food and Beverage, nueve tendencias que definen el futuro del sector de la comida:
Un estilo de vida cada vez más saludable. En los últimos años, las consideraciones responsables y medioambientales han tenido un peso enorme en el mercado, ayudando a aumentar las ventas de este tipo de alimentos y bebidas. Productos con características como de origen local, orgánico, natural, sin procesar, sin aditivos o sin alérgenos se perciben automáticamente como alternativas saludables, haciendo que el consumo sea intuitivo, flexible e incluso ajeno al enfoque científico de la nutrición. Las empresas del sector alimentario están moviendo ficha para adaptarse al escenario healthy en vista de su potencial y buscan expandir sus carteras de productos con alimentos con una historia saludable y sostenible que contar.
La tecnología está dando paso a una personalización total de la dieta. Cada vez más, los consumidores analizan el origen de lo que comen, así como el valor nutricional y el efecto en sus cuerpos, convirtiendo en papel mojado las historias que las empresas tratan de vender. Durante los próximos años, la tecnología combinada con la ciencia de los alimentos permitirá a las personas tener acceso a dietas personalizadas y a mejorar su seguimiento. Esto dará valor a las empresas emergentes que apuestan por ofrecer plataformas con información científica sobre los productos que se consumen, especialmente aquellas con calificaciones proporcionadas por los propios usuarios.
El consumidor se ha vuelto muy exigente en materia de transparencia, de forma que todas las empresas están expuestas a un juicio extremadamente crítico. El comprador quiere conocer individualmente cada ingrediente, así como los procesos de elaboración. Sólo aquellas marcas con un propósito claro, una ética fuerte y unas políticas responsables están prosperando.
A todo ello se suma la conveniencia, otra tendencia clave para la futura industria alimentaria. Y es que se trata de una necesidad creciente para los consumidores, que cada vez más buscan la forma de equilibrar su vida laboral con su tiempo personal. La inmediatez heredada de los procesos de compra online también está influyendo en esta tendencia, haciendo de la omnicanalidad otro de los elementos capitales.
Los colosos del mercado digital quieren comerse su propio trozo del pastel. El conjunto GAFAA, que incluye a Google, Apple, Facebook, Amazon y Alibaba, está tratando de aprovechar su amplia base de usuarios, su mentalidad mobile-first, su experiencia de cliente, su riqueza de datos y su excelencia logística para apostar a lo grande por satisfacer las necesidades de conveniencia del nuevo consumidor. Estas compañías están invirtiendo estratégicamente para adquirir los conocimientos técnicos y la presencia física que necesitan para entrar con fuerza en la industria alimentaria. La compra de Whole Foods por parte de Amazon y el lanzamiento de las tiendas Amazon Go son muestras evidentes.
La primera oleada de transformación digital y la consecuente entrada de los nativos digitales lleva a la sexta tendencia: el análisis de datos. La información generada por los consumidores se ha convertido en el recurso más necesario para construir un negocio rentable, y este paradigma está cambiando por completo el funcionamiento de la cadena de valor. Las compañías con capacidad para analizar datos podrán tomar mejores decisiones estratégicas y optimizar el retorno de las inversiones. Además, tendrán la posibilidad de personalizar su oferta de forma masiva, con tecnología predictiva y una reducción de costes en todas las áreas. No será fácil para las empresas tradicionales romper los silos para incluir estas soluciones, que requieren una firme estrategia de transformación transversal.
La necesidad de una mentalidad innovadora por parte de los grandes grupos se ve estimulada por la entrada de players digitales que tienen presente al consumidor del futuro. Esta es la séptima tendencia, la de las pequeñas marcas que se adentran en el mercado con varios éxitos y que están siendo respaldadas tanto por minoristas como por mayoristas que buscan diferenciarse a través de un surtido de productos exclusivo y un margen adicional. Miles de empresas de nueva creación están experimentando con nuevos modelos de negocio, y muchas de ellas permanecen bajo el radar de las grandes multinacionales.
Está aumentando el interés de los minoristas digitales por lanzar marcas exclusivas. Hasta no hace mucho, esta estrategia solo se aplicaba por parte de los players convencionales para distinguirse de la competencia y fortalecer su propia enseña. Ahora, empresas que operan en línea como Amazon están lanzando sus propias marcas privadas mediante un análisis profundo de los datos de sus clientes. Esto representa una amenaza seria para las compañías tradicionales, sobre todo para las de rápido consumo, ya que en este caso la innovación está viniendo desde fuera.
“Todas estas tendencias en su conjunto nos llevan al último punto: la transformación total de la cadena de valor. Son cada vez más las tecnologías y soluciones que se crean con el objetivo de optimizar el modo en que funciona cada una de las partes que constituyen los procesos de fabricación, distribución y venta. Como ocurre con toda revolución industrial, el reto es adaptarse e innovar”, concluye el estudio.