Sorma Group, especializado en la proyección y fabricación de sistemas de envasado, selección y pesaje para el sector hortofrutícola, ha lanzado Sormapeel, una inédita propuesta pendiente de patente que, en beneficio de la economía circular, ofrece ventajas tanto para el envasador como al consumidor final.
Sormapeel es la nueva cadena de empaquetado aplicable a toda la línea de máquinas Sorma dedicadas al envasado de fruta y verdura. Su adopción no requiere, por consiguiente, inversión nueva alguna para modificar ni cambiar las máquinas de las que ya se disponga. Su segunda virtud estriba en las prestaciones que ofrece: la nueva solución, en efecto, mantiene las mismas características de visibilidad del contenido, transpirabilidad, resistencia, rapidez y fuerza propias de toda la línea de envasado de Sorma.
El contenido innovador viene dado por la introducción de una banda de papel que se puede retirar (de ahí el nombre, Sormapeel), es decir, fácilmente extraíble por parte del consumidor, quien podrá, por tanto, reciclar por separado y de modo rápido el plástico y el papel. Además, su composición media contiene menos de la mitad de plástico que los embalajes tradicionales y se puede reciclar por completo, en monomaterial, toda ella en PE (polietileno de alta densidad) o toda ella en PP (polipropileno), lo cual simplifica y agiliza más todavía el reciclaje del material.
La banda de papel, además, comporta múltiples ventajas. En primer lugar, además de ser un material que confiere solidez, permite disponer de una película plástica un 70% más fina de lo habitual: el papel protege la delgada capa de plástico que constituye la película. En segundo lugar, esta innovación, frente a otras posibilidades claramente más dispendiosas, permite moderar los costes (en línea con los propios de la empresa).
Así pues, gracias a su menor contenido de plástico y a la parcial substitución de este por papel, la nueva línea resulta ser ultraligera, más que las versiones de monomaterial y que las de poliacoplado heterogéneo no reciclable. Concretamente, los formatos de un kilogramo de Rosapack y de Sormabag, de 2,79 gramos y 2,22 gramos respectivamente, son más ligeros incluso que las mallas plásticas con grapa, que pesan 2,88 gramos y no se pueden reciclar.
“Con Sormapeel podemos afirmar que hemos ganado una difícil batalla contra el tiempo y a favor del medio ambiente. Nuestro grupo está comprometido desde hace muchos años en la búsqueda de materiales innovadores y soluciones que favorezcan la economía circular, cada vez más necesaria para la salvaguardia de los recursos de nuestro planeta”, ha señalado Andrea Mercadini, consejero delegado del Grupo.
“Hoy damos un importante paso adelante porque, en un momento histórico en el que se está debatiendo profusamente acerca de los polímeros plásticos y su futuro, Sorma ofrece una solución que tiene en cuenta aspectos de lo más diversos en relación con el empaquetado: practicidad, economicidad y reciclabilidad. El hecho de que aúne todas estas ventajas la convierten en una solución real y eficaz que se puede aplicar, no solo a una mínima parte del conjunto de sectores, como el biológico, sino a todos los ramos productivos. Conscientes de que se trata de una solución revolucionariamente innovadora, estamos tramitando la solicitud para patentarla”, ha añadido.