La agencia de calificación Fitch ha elevado el rating de El Corte Inglés desde BB a BB+, con perspectiva positiva, lo que supone el desapalancamiento de la compañía en el año fiscal 2019, impulsado por la venta de activos y el rendimiento operativo estable.
Asimismo, cree que la estrategia que está llevando a cabo es «adecuada» y señala que el grupo de distribución mantiene una «sólida» flexibilidad financiera. Además, afirma que, “dependiendo del ritmo y la magnitud del desapalancamiento, el perfil crediticio de El Corte Inglés podría ser coherente con el grado de inversión durante los próximos seis a 18 meses, de ahí la perspectiva positiva”.
Por otro lado, la agencia estima que la deuda neta ajustada a su flujo de operaciones (FFO) tenderá a reducirse a 3,6 veces en 2021 y a 3,3 veces en 2022, si bien cree que esto está supeditado a que mantenga «una política financiera conservadora centrada en el pago de la deuda, complementada por la generación recurrente de FCF positiva (después de los dividendos) y la venta de activos adicionales no básicos”.
En este sentido, destaca la cartera de activos inmobiliarios del grupo que, según Fitch, supone una «fuente importante de flexibilidad financiera y operativa», ya que los activos se pueden vender o usar como garantía en caso de necesidad.
Fitch recuerda que, desde 2018, el grupo ha acelerado su política de administración de bienes raíces “con el objetivo de lograr una estructura más eficiente mediante un mejor uso de su espacio comercial” y que durante los últimos tres años, ha obtenido más de 600 millones de euros al monetizar activos inmobiliarios no básicos, lo que le ha permitido reducir la deuda.
Asimismo, señala que El Corte Inglés obtiene el 95% de sus ingresos de España, donde opera la única gran cadena de grandes almacenes en España. “Goza de una posición privilegiada en el país debido a su propuesta de compra de una amplia oferta de productos y servicios, una marca consolidada, la lealtad del consumidor y la ubicación privilegiada de varias de sus tiendas”, añade.
A pesar de las tendencias disruptivas, Fitch considera que la estrategia de la compañía es “adecuada para defenderse de la competencia, debido a un claro compromiso con la transformación digital y las capacidades omnicanal, que es fundamental para posicionar el negocio para el futuro. El Corte Inglés también se beneficia de una penetración más leve del comercio electrónico en España, aunque el puente con otros mercados desarrollados podría cerrarse rápidamente”.
Por último, la agencia opina que la capacidad del grupo para mantener la rentabilidad en medio del entorno minorista competitivo actual es un factor positivo y espera que “la empresa se beneficie de ciertas medidas de eficiencia implementadas, equilibradas por los gastos incurridos para aumentar su competitividad de precios”.