Con la llegada de la Navidad, los lineales de los supermercados vuelven a llenarse de turrones, mazapanes y polvorones. En los últimos años, el reclamo de los productos “0% azúcares añadidos” ha ganado popularidad entre los consumidores que buscan opciones aparentemente más saludables. Sin embargo, detrás de estas etiquetas se esconden estrategias que priorizan el marketing frente a la calidad nutricional.
Muchos de estos productos, aunque presumen de no llevar azúcar añadido, utilizan maltitol como edulcorante. Este sustituto del azúcar, promocionado como una opción más saludable, presenta una cara menos favorable. Según Luis Cañada, fundador de la empresa de fit-food FITstore, el maltitol tiene menos calorías por gramo que el azúcar, pero su menor poder edulcorante obliga a aumentar su cantidad para alcanzar un sabor equivalente.
«El resultado es que, en muchos casos, el valor calórico de estas versiones ‘sin azúcar’ termina equiparándose o incluso superando al de los productos tradicionales«, señala Cañada. Por ejemplo, un turrón tradicional aporta unas 548 kilocalorías por cada 100 gramos, mientras que su versión «0% azúcar añadido» puede alcanzar las 600 kilocalorías debido a un aumento en grasas o edulcorantes.
Otro problema radica en la reducción de ingredientes esenciales como las almendras o las avellanas, que son la base nutritiva de estos dulces. Según estudios comparativos de FITstore, un turrón tradicional puede contener un 28% de almendra, mientras que su versión sin azúcar baja hasta un 24%, sacrificando calidad por una apariencia más «saludable».
En el caso de los polvorones, muchas marcas compensan la ausencia de azúcar añadiendo grasas animales, lo que incrementa aún más el aporte calórico.
El papel del packaging y Nutriscore
Las estrategias de marketing también juegan un papel crucial en este engaño. Envases con colores, frases y gráficos que sugieren saludabilidad distraen al consumidor del análisis del etiquetado nutricional. Además, el sistema Nutriscore, que premia la ausencia de azúcar, favorece productos con maltitol aunque mantengan una calidad nutricional baja.
«Un producto con Nutriscore D puede pasar a Nutriscore A simplemente cambiando azúcar por maltitol, sin variar significativamente su composición», explica Cañada. Esto genera una falsa sensación de seguridad, llevando a muchos consumidores a aumentar las raciones pensando que están eligiendo opciones más sanas.
Para evitar estos engaños, los expertos recomiendan leer el etiquetado nutricional y priorizar productos con un mayor porcentaje de frutos secos, elegir opciones que reduzcan hidratos de carbono y aumenten el contenido de fibra y ser conscientes del contenido real de edulcorantes como el maltitol, que en exceso puede ser perjudicial. “La clave está en la moderación y en optar por productos que mantengan una alta calidad en sus ingredientes principales”, concluye Cañada.