El poder adquisitivo en España crece en 2024 hasta los 18.013 euros per cápita, un aumento significativo de 1.564 euros respecto al año anterior, según el informe GfK Purchasing Power Europe 2024. Este avance sitúa a España un 4% por debajo de la media europea, que alcanza los 18.764 euros por habitante, acortando distancias frente al 7% de diferencia registrado en 2023.
Pese al crecimiento, España mantiene la 17ª posición entre los 42 países analizados, colocándose entre Italia, con 21.078 euros, y Francia, que cuenta con 24.328 euros per cápita.
A nivel provincial, Guipúzcoa ocupa el primer puesto con un poder adquisitivo de 23.029 euros per cápita, un 28% por encima de la media nacional. Le siguen Madrid (22.426 euros) y Álava (22.372 euros), reflejando la hegemonía de las regiones del norte y los grandes núcleos urbanos. El top cinco lo completan Vizcaya (22.214 euros) y Barcelona (21.219 euros). Por su parte, Asturias asciende al sexto puesto, superando a Burgos, con 21.035 euros por habitante. En contraste, las provincias con menor poder adquisitivo se concentran en el sur del país, siendo Almería la última del ranking nacional con solo 13.258 euros per cápita, un 26% por debajo de la media nacional.
En Europa, Liechtenstein se mantiene a la cabeza con un impresionante poder adquisitivo de 70.180 euros per cápita, más de 3,7 veces la media continental. Le siguen Suiza (52.566 euros) y Luxemburgo (41.785 euros). El informe destaca el regreso de Reino Unido al séptimo puesto, con 28.086 euros, tras haber descendido en 2023. Irlanda, por el contrario, abandona el top 10, cayendo a la 12ª posición con 26.880 euros per cápita.
Crecimiento moderado en Europa
El poder adquisitivo en Europa ha aumentado un 3,9% en términos nominales, un ritmo más moderado que en años anteriores, según explica Markus Frank, experto en Geomarketing de NIQ-GfK. Sin embargo, la moderación de la inflación contribuye a que el crecimiento sea más tangible para los ciudadanos, especialmente en los países con menor capacidad de compra, que registran las mayores tasas de incremento.
“Las diferencias entre y dentro de los países siguen siendo significativas, pero la brecha continúa cerrándose poco a poco, lo que apunta a una convergencia lenta pero positiva”, concluye Frank.
Aunque España recorta distancias con la media europea, sigue enfrentándose a grandes desigualdades internas. Regiones como Gipuzkoa y Madrid reflejan un dinamismo económico notable, mientras que provincias como Almería o Badajoz muestran que todavía queda camino por recorrer para garantizar una distribución más equitativa del poder adquisitivo en el país.