Tanto el volumen como el valor de las operaciones de compra realizadas en España con tarjetas españolas aumentaron en 2018. En concreto, alcanzaron cerca de 4.000 millones de operaciones, con un valor superior a los 147.431 millones de euros. Estas cifras suponen un incremento del 13,8% y el 9,1%, respectivamente, sobre el año anterior, por lo que continúa la tendencia observada en los últimos ejercicios, según revela la “Memoria anual sobre la vigilancia de las infraestructuras de los mercados financieros 2018” elaborada por el Banco de España.
Asimismo, el informe señala que la evolución del importe total de las operaciones realizadas con tarjeta sigue un perfil similar al del gasto en consumo privado de los hogares, aunque con unas tasas de crecimientos mayores, lo que refleja “el peso creciente de las tarjetas de pago como instrumento para canalizar el consumo de los hogares”.
En 2018, el número de tarjetas en circulación subió un 5,6% en términos interanuales, siguiendo la tendencia creciente iniciada en 2015.De este modo, a finales del pasado año había algo más de 83 millones de tarjetas emitidas en España, de las cuales algo más de 36 millones eran de crédito, con un incremento interanual del 6,6%, mientras que 47 millones eran de débito, con un crecimiento interanual del 4,9%.
Por lo que respecta al parque de cajeros y de terminales de punto de venta, a finales de 2018 había aproximadamente unos 51.391 cajeros en España, lo que representa un crecimiento anual del 1,1%. Por su parte, el número de terminales de punto de venta (TPV) experimentó un crecimiento del 2,7% en 2018 y superó la cifra de 1,8 millones a final de año.
A este respecto, el Banco de España señala que los datos de los últimos años muestran una desaceleración del crecimiento, compatible con un cierto agotamiento en la capacidad instalada de estos terminales dentro del tejido comercial en España, teniendo en cuenta que en los últimos cuatro años el crecimiento acumulado ha sido superior al 28%.
Aumento del fraude
Respecto a los datos de fraude con tarjetas bancarias emitidas en España, durante 2018 se registraron algo más de un millón de operaciones fraudulentas con tarjetas, por un importe de 88 millones de euros. Estas cifras suponen unas tasas de fraude del 0,022% en número de operaciones y del 0,029% en importe. En comparación con el año 2017, significan un aumento en términos tanto del número de operaciones (0,017% en 2017) como del importe (0,020% en 2017).
Teniendo en cuenta el número de tarjetas en circulación en España y las operaciones realizadas de media por tarjeta, las cifras anteriores suponen 1,4 operaciones fraudulentas al año por cada 100 tarjetas, por un importe de 74 euros. En general el repunte del fraude se ha localizado en las operaciones de comercio en punto de venta físico, ya que para la operativa remota, en la que están incluidas las operaciones por Internet, se ha observado un mantenimiento en las tasas de fraude.
En todo caso, las tasas de fraude en punto de venta físico (0,010% en número de operaciones y 0,017% en términos de importe) siguen siendo muy inferiores a las registradas en operaciones remotas.
Analizando el fraude en número de operaciones, para el total de tarjetas emitidas en España, supone que, del total de operaciones fraudulentas, un 64% corresponde al fraude en compras realizadas en operativa remota y el resto a TPV físicos (34%) y a cajeros (2%). Esta distribución no es muy diferente en términos de importes, pero sí lo es cuando se tiene en cuenta solo la operativa realizada en España, situación en la que el peso del fraude en TPV físico representa el 66% del fraude.
Cuando se analiza la importancia de los distintos canales en el fraude en la zona del euro, el 20% de las operaciones fraudulentas se observaron en puntos de venta tradicionales (el 30% en España), el 77% en operaciones remotas (67% en España) y el 3% en cajeros automáticos (cifra idéntica a la observada en España).