La escasez de materias primas y la crisis que sufre el sector del transporte a nivel internacional son las responsables de las rupturas de stock en el mercado de las bebidas espirituosas. Tras el impacto del Covid-19, que dejó caídas de entre el 30% y el 50% y de hasta el 80% en algún caso, la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE), subraya que la falta de existencias no se debe en ningún caso al aumento del consumo y reclama que los fondos de recuperación Europeos incluyan medidas para reanimar al sector.
El cierre de la hostelería, el principal canal de ventas, supuso que en 2020 se dejaran de poner en el mercado más de 67 millones de litros de bebidas espirituosas, mientras que los ligeros aumentos en la alimentación no compensaron las pérdidas. Según señala la federación en un comunicado, “tras pasar lo peor de la pandemia, en estos momentos el sector debería de estar pensando en su recuperación y en alcanzar los niveles previos al Covid, para lo que es necesario un plan de recuperación económica basado en dinamizar la economía, generar empleo y avanzar en la recuperación, siempre desde el equilibrio fiscal y comercial… Sin embargo, la recuperación se está viendo ahora lastrada por una enorme inestabilidad en los mercados, una crisis mundial en el transporte que afecta a las importaciones y exportaciones, y también al aprovisionamiento de materias primas”.
Ahora tanto la cadena de suministro y el reaprovisionamiento de la hostelería, tanto de la que venía operando como la que recientemente ha recuperado la normalidad, están aumentando su actividad con expectativas de consumo para recuperar los niveles de 2019. Pero, en cualquier caso, las roturas de stock no se están produciendo, señalan en FEBE, por un aumento exponencial de consumo. Es más, aún queda mucho camino para recuperar los niveles pre-Covid, algo que en ningún caso se vislumbra alcanzar hasta 2023, y ello además dependerá de los planes de recuperación antes mencionados.
El encarecimiento y la limitación de las fuentes de energía, complicado por cuestiones geopolíticas y el post Brexit, que está siendo difícil de digerir especialmente en transporte y despachos en frontera, han tensionado gravemente el comercio internacional. Todo ello está teniendo un impacto en toda la cadena de valor necesaria para la comercialización de bebidas espirituosas, incluido el aprovisionamiento de botellas, cartones, aluminio y en las materias primas necesarias para la destilación de alcohol.