El fin de la crisis sanitaria ha supuesto cambios en la distribución ya que el sector está volviendo paulatinamente a una situación de estabilidad. Así, la suma del gran consumo para dentro y fuera del hogar muestra a finales de agosto un crecimiento del 5% con respecto al mismo periodo del año anterior, sobre todo gracias la recuperación del fuera del hogar, que ha aumentado un 19,9%. En cuanto a las compras para el hogar, ya empiezan a asimilarse a los niveles de prepandemia, con una evolución del -0,3%.
“Aunque 2022 está siendo un año convulso para el consumidor, con diferentes elementos que están provocando cambios en sus hábitos y en las estrategias de los retailers, cabe destacar que la situación inflacionaria por la que estamos atravesando no ha comportado una caída en el consumo dentro del hogar, sino que esta circunstancia se ha visto más afectada por el fin de la pandemia y la recuperación de la restauración”, ha afirmado Bernardo Rodilla, experto en Retail en Kantar, división Worldpanel.
Ante el contexto actual, “todos los retailers han subido precios, aunque mantienen un discurso de cesta asequible”, ha destacado Rodilla, que señala que este discurso está impulsado, en parte, a la apuesta por la marca de distribuidor (MDD) o marca blanca, que se está utilizando para compensar las subidas de precio y que ha aumentado su cuota más de tres puntos con respecto al año anterior, llegando a representar el 41,3% del total.
El precio gana importancia a la hora de elegir dónde comprar
Aunque el precio ha ganado importancia en la elección del lugar de compra (así lo confirma el 28% de los consumidores), no supone el único factor a tener en cuenta; de hecho, para siete de cada 10 hogares no es lo más importante.
Según ha explicado experto en Retail en Kantar, “a pesar del contexto de incremento de precios, el consumidor sigue manteniendo la proximidad, la calidad, la posibilidad de hacer toda la compra o los frescos perecederos entre los aspectos que más valora a la hora de elegir dónde hacer la compra, algo que las cadenas deberían también tener en cuenta a la hora de decidir hacia dónde quieren llevar el discurso con sus compradores”.
No obstante, “las expectativas auguran un entorno de recesión y la predisposición de los compradores para controlar su gasto como medida de precaución se acercan a los niveles de la última crisis en 2013”, ha añadido.
“Para afrontar los próximos meses debemos tener en cuenta que el mercado de gran consumo es extraordinariamente resiliente y que lo previsible, según los aprendizajes de otras recesiones, es que los hogares controlen su gasto trasladando consumo desde la restauración hacia el hogar. Si esto ocurre, el último trimestre será el mejor del año para la distribución”, ha avanzado Rodilla.
En este contexto, de cara a capitalizar las oportunidades del traslado del consumo a casa, las acciones en el punto de venta adquirirán mayor importancia a la hora de aprovechar la visita de un comprador, por lo general, menos impulsivo y que buscará cada vez más las promociones. Lo mismo ocurre con los programas de fidelización de las compañías, que están en pleno crecimiento ya que el 75% de los hogares ya asegura contar con alguno.