El Corte Inglés no ha logrado consolidar su puesto en el ranking de marcas más valiosas del mundo elaborado por la consultora Brand Finance y sale del mismo al perder el 32% de su valor.
Quien sí se mantiene es Mercadona, aunque si bien el año pasado aumentó un 30% su valor este año su crecimiento ha sido más moderado, del 7%. Las previsiones de ingresos son buenas para la marca valenciana gracias a la apertura de nuevas tiendas y consolidación de la estrategia digital aunque el crecimiento se ha ralentizado en los últimos meses. La reputación histórica de la marca, de las más altas del sector, se ha visto empañada este año para lo que ya está comenzando a tomar medidas como la recién aprobada subida salarial para toda su plantilla en España y Portugal unido a la inflación que afecta a todo el sector.
Las 500 marcas más valiosas del mundo suman 77.713.531 millones de euros, un 11% más de lo que sumaban las 500 de 2022. España cuenta en el ranking con siete marcas (Santander, ZARA, Movistar, BBVA, Mercadona, CaixaBank y Repsol) que suman este año 55.700 millones de euros, un 6% superior a la suma de las siete del año pasado.
España es el decimotercer país que más valor de marca aporta al conjunto del ranking multisectorial internacional (1%). Entre los 30 países que más valor aportan al ranking tampoco se observan muchos movimientos, ni grandes entradas ni muchas salidas. España sigue esta tendencia manteniendo siete marcas con la entrada de CaixaBank y la salida de El Corte Inglés.
Amazon recupera el primer puesto
Amazon recupera el primer puesto como la marca más valiosa del mundo a pesar de que su valor de marca ha caído un 4% este año, de 302.000 millones de euros a 288.500 millones, principalmente debido a que ha caído su fortaleza de marca. Por ello, su calificación de marca ha pasado de AAA+ a AAA a medida que los consumidores la evalúan con mayor dureza en el mundo pospandémico. Según estudios de mercado propios, Brand Finance ha descubierto que la percepción de los clientes sobre el servicio de atención al cliente de Amazon ha caído (al mismo tiempo que los plazos de entrega se han alargado) y, en consonancia con esto, los consumidores se han vuelto menos propensos a recomendar la marca. Coincidiendo con el fin de las restricciones sanitarias, la población está volviendo a comprar en la tienda física, lo que mitiga ligeramente la necesidad del comercio electrónico.