Lastrado por los efectos de la guerra en Ucrania, una inflación persistentemente elevada, el endurecimiento de la política monetaria y la incertidumbre de los mercados financieros, se prevé que el volumen del comercio mundial de mercancías crezca un 1,7% este año, tras un aumento del 2,7% en 2022.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) prevé que el crecimiento del comercio mundial en 2023 sea bajo, pese a la mejoría de las expectativas sobre el PIB desde el otoño pasado. Así, se estima que el crecimiento del PIB real mundial a tipos de cambio del mercado será del 2,4% en 2023, mientras que las proyecciones del crecimiento tanto del comercio como de la producción serán inferiores a sus respectivos promedios del 2,6% y el 2,7% de los últimos 12 años.
La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, dijo que “el comercio sigue siendo una fuerza a favor de la resiliencia de la economía mundial, pero seguirá estando sometido a la presión de factores externos en 2023. Por ese motivo, es aún más importante que los Gobiernos eviten la fragmentación del comercio y se abstengan de introducir obstáculos al comercio. Invertir en la cooperación multilateral en el ámbito del comercio, como hicieron los Miembros de la OMC en su Duodécima Conferencia Ministerial el pasado mes de junio, reforzaría el crecimiento económico y el nivel de vida de las personas a largo plazo.”
El aumento del 2,7% del volumen del comercio mundial en 2022 fue inferior al 3,5% indicado en la previsión de octubre de la OMC, ya que una disminución intertrimestral más acusada de lo previsto en el cuarto trimestre arrastró a la baja el crecimiento anual. Varios factores contribuyeron a ese desplome, entre ellos, los elevados precios mundiales de los productos básicos, el endurecimiento de la política monetaria en respuesta a la inflación y los brotes del Covid-19 que perturbaron la producción y el comercio en China.
En particular, el crecimiento del comercio el año pasado resultó en consonancia con la hipótesis de referencia de entre el 2,4% y el 3% presentada en el informe inicial de la OMC de 2022 sobre la crisis en Ucrania y estuvo muy por encima de la hipótesis más pesimista, según la cual el comercio habría crecido tan solo un 0,5% a medida que los países empezaran a dividirse en bloques comerciales competidores
En un estudio de seguimiento de la OMC publicado el mes pasado se documentó cómo habían podido las economías vulnerables compensar la falta de suministro de alimentos esenciales provocada por la guerra recurriendo a productos y proveedores alternativos.
Mientras tanto, la previsión de un aumento del comercio del 1,7% en 2023 es mayor que la estimación anterior del 1% del pasado mes de octubre. Un aspecto fundamental en ese sentido es la relajación de las medidas de control de la pandemia del Covid-19 en China, que se prevé que liberen la demanda de bienes de consumo en el país, lo que a su vez dará impulso al comercio internacional.
Ralph Ossa, economista jefe de la OMC, asegura que “los efectos persistentes del Covid-19 y las crecientes tensiones geopolíticas fueron los principales factores que incidieron en el comercio y la producción en 2022, y es probable que en 2023 ocurra lo mismo. Las subidas de los tipos de interés en las economías avanzadas también han puesto de manifiesto deficiencias en los sistemas bancarios que, de no subsanarse, podrían dar lugar a una mayor inestabilidad financiera. Los Gobiernos y los organismos de reglamentación deben estar alerta frente a estos y otros riesgos financieros en los próximos meses.”
De cara a 2024, el crecimiento del comercio debería repuntar hasta el 3,2%, al tiempo que el PIB remonta al 2,6%, pero esta estimación es más incierta de lo habitual debido a la presencia de importantes riesgos a la baja, incluidas las tensiones geopolíticas, las perturbaciones en el suministro de alimentos y la posibilidad de que el endurecimiento de la política monetaria tenga consecuencias imprevistas.