La situación actual que vive la sociedad con una guerra, una pandemia y una subida precios general está suponiendo que los españoles estén realizando medidas de contención en el presupuesto del hogar. Y ello aunque su situación financiera personal y de su hogar en conjunto es buena, tal como afirma el 61%. Tal es así que la mayoría de los hogares están pudiendo hacer frente a las facturas o a básicos como la alimentación sin problemas, un 69% para lo primero, un 85% para lo segundo.
Sin embargo, un 72% de consumidores ve malas perspectivas económicas para España y, a la vez, un 74% se muestre positivo ante la vida, según el informe “Global Issues Barometer” de Kantar Insights presentado este martes. De hecho, ahora mismo, las principales expectativas para los españoles, más allá de que concluya la guerra, están en el “Carpe Diem”, es decir, irse de vacaciones y volver a celebrar eventos de vida (bodas y otras celebraciones), aspectos pospuestos por la pandemia.
De este modo, el informe pone de relieve cómo la anterior preocupación por la pandemia se está disipando, pero, en cambio, se está desplazando paulatinamente a los precios. Solo un 38% de españoles aún se muestra alerta con la Covid-19, mientras que ya la mitad lo está por la inflación.
De hecho, nueve de cada 10 percibe que los precios han subido. Es más, un 68% de consumidores afirma que los precios están subiendo de manera “muy aguda”, una hipersensibilidad mayor que en otras economías europeas como Alemania, donde un 59% tiene ese mismo pálpito con el aumento del coste de la vida; o bien Francia y Reino Unido, con el 49% y el 48%, respectivamente.
Así, el informe concluye que los españoles no ven ahora más allá del corto plazo. Controlan el aquí y el ahora y solo dejan entrar ese deseo de recuperar el tiempo perdido por la pandemia. Sin embargo, “con el paso de los meses irán cambiando hábitos de consumo, más ajustados al momento actual”, ha afirmado Martin Wohlfart, director del estudio en España.
En concreto, cuatro de cada diez españoles han hecho o harán cambios en su economía doméstica para reducir gastos; mientras que una tercera parte modificará comportamientos que impliquen un respiro para la cartera, como por ejemplo, hacer menos kilómetros con el coche y ahorrar en el gasto en gasolineras. Además, uno de cada cuatro pondrá límites a ese dinero que mes a mes iban metiendo en la hucha y ahorrando, que ha sido uno de los comportamientos más recurrentes durante la pandemia. Esto puede afectar directamente a determinados planes de vida. De hecho, ya un 40% siente que la inflación les afecta en alguno de sus proyectos vitales.
Según Wohlfart, “si la década pasada la empezamos con una crisis económica, está lo hacemos con tres a la vez. Saliendo de la pandemia, entrando en inflación y la guerra revoloteando alrededor. Esto nos deja un consumidor español en un momento muy coyuntural, que va a gastar en vacaciones y con eventos y celebraciones pendientes que tiene muchas ganas de celebrar. A partir de septiembre, con la vuelta al colegio y el fin de las vacaciones, podríamos observar cómo el consumidor empieza a bajar de marcha y veremos qué lecciones de la pasada y tan reciente crisis pone en práctica”.
Preocupación por el medio ambiente
Otra de las conclusiones del informe es que el cambio climático continúa sin ser percibido como una emergencia inmediata. Así, un 20% de españoles cita los problemas ambientales como una de las grandes preocupaciones. Este dato nos sitúa lejos de países de nuestro entorno, como Francia o Alemania, donde alrededor de una tercera parte de la población se muestra muy sensible respecto a esta cuestión.
No obstante, los españoles poco a poco van desarrollando acciones en pro de la sostenibilidad. Así, por ejemplo, un 47% afirma que ha dejado de comprar ciertos productos o servicios por su impacto ambiental o social. Y un porcentaje parecido afirma buscar empresas y marcas que compensen su impacto con acciones sostenibles (plantar árboles o iniciativas similares).
En el fondo, los españoles están supeditando la sostenibilidad al bolsillo, de modo que dos de cada tres consumidores afirman querer comprar productos sostenibles, pero las marcas deben hacerlos más asequibles para sus economías.
Según Wohlfart, “la sostenibilidad tiene que pelear también por la cuota de bolsillo de los españoles, que están concienciados con el medio ambiente, pero no a cualquier precio. De hecho, solo dos de cada diez se muestran realmente preocupados. El resto no es que no lo esté, pero, al ser un problema tan duradero en el tiempo, se va diluyendo en ellos la preocupación. Nos es más fácil preocuparnos por lo coyuntural que por lo estructural”.
Esta gráfica no tiene ningún sentido, para mí esa información está sesgada, alguien con un poco de lucidez verá que no hay coincidencias razonables, por ejemplo un móvil podría costar menos que una lavadora pero hay más gente que no podría comprarse el móvil pero si la lavadora, eso no tiene sentido, tenemos que pensar que cada uno interpreta las preguntas de diferente manera y eso puede entorpecer un resultado real.