La pandemia del Covid-19 y los fenómenos climáticos que el mundo ha vivido en los últimos años ha cambiado el modo de ver la vida para mucha gente. Esto incluye sus hábitos de consumo, que ahora se inclinan más que nunca por los valores éticos.
Tanto es así que un 22% de españoles declara elegir siempre marcas con valores a la hora de hacer sus compras, según el IV Estudio Marcas con Valores 2022: la era de las consecuencias, que ha presentado recientemente Marta González-Moro, CEO de 21gramos e impulsora del movimiento Marcas con Valores.
Dicho estudio también afirma que casi ocho de cada 10 ciudadanos consideran que la pandemia les ha cambiado, haciéndoles replantearse sus prioridades y valores éticos. Es más, un 66% de los encuestados confiesan estar en un proceso de transformación de sus hábitos de consumo.
Pero no es tan fácil llevar a cabo un consumo exclusivamente responsable. El 43% de la población que ha participado en el estudio admite caer en ciertas contradicciones a la hora de comprar, pero aspiran a consumir de forma más responsable en un futuro próximo.
El mundo empresarial está tomando nota de todas estas demandas uniéndose a estrategias de responsabilidad ética. De hecho, el 60% de los ciudadanos españoles valora en positivo que una marca tenga otros valores más allá del clásico binomio calidad-precio. Actualmente, los consumidores se plantean muchas más cuestiones.
Con toda esta información, el documento define tres perfiles de consumidores:
1. Consumidor consecuente (26%): el más reflexivo y dispuesto a pagar más por productos ecológicos.
2. Consumidor reticente (16%): no se interesa por los productos éticos.
3. Consumidor consciente (58%): aunque con dilemas, aspira a incrementar su consumo responsable.
También cabe destacar, respecto a este estudio, que demuestra una evolución de la satisfacción del consumidor. Ya no le hace feliz comprar más, sino comprar mejor. El 61% de los consumidores conscientes declara que comprar productos éticos les genera una sensación de felicidad.
Sin embargo, el 63% de los ciudadanos confiesa que cuando compra artículos baratos es consciente de que pueden haber sido fabricados en condiciones dañinas para la sociedad o el medioambiente. Aun así, están dispuestos a pagar menos por productos que saben que son más injustos y contaminantes.
Por último, el informe subraya que los ciudadanos están más informados que nunca sobre la actividad de las marcas, afirmando el 46% de ellos que les gusta que sean las propias empresas las que difundan sus datos de responsabilidad ética.