La producción de tomate fresco en la Unión Europea en 2022 se situará en 6,2 millones de toneladas, un 3% menos que en 2021. En cuanto al consumo anual descenderá un 2% respecto a 2021, hasta los 14,6 kilogramos por persona y año.
Se mantiene así la tendencia a la baja de los últimos años, aunque el descenso de 2022 supone un 5% menos comparado con la media de los últimos cinco años, según el Informe sobre perspectivas a corto plazo para los mercados agrícolas en 2022, correspondiente a verano de 2022 de la Comisión Europea, recogido por Fepex.
Los principales factores causantes son la menor producción en los invernaderos debido al alto coste de energía, así como un cambio en las variedades plantadas, que se están orientando a la variedad Cherry, según la Comisión Europea.
El Informe apunta que, junto al descenso de la producción y del consumo, también se está produciendo un descenso de la exportación comunitaria de tomate fresco, debido “al Brexit y a la gradual perdida del mercado de Reino Unido, que supuso en 2021 el 75% de la exportación comunitaria de tomate” y esta pérdida del mercado es debido, según reconoce la propia Comisión Europea, “al incremento de la competencia de Marruecos”.
En cuanto a las importaciones comunitarias de tomate fresco crecerán este año un 3% respecto a 2021, hasta un total de 730.000 toneladas, un 23% más que la media de los últimos cinco años. En 2021, el 67% de la importación de tomate fresco de la UE procedió de Marruecos, seguido de Turquía.