Un nuevo e innovador informe publicado por la organización internacional por la conciencia alimentaria ProVeg Internacional, “El Poder del Color: Orientando a los Consumidores hacia el Consumo de Carne vegetal”, revela datos clave sobre el impacto del color de los envases en la percepción del sabor; la predisposición a probar estos productos, las decisiones de precio y las asociaciones con la salud y la sostenibilidad.
Aunque estudios anteriores han explorado la influencia de los colores en el comportamiento de los consumidores, hasta ahora no había suficientes investigaciones que abordaran específicamente el impacto de estos en la percepción de los envases de productos vegetales. Comprender esta relación es crucial, no solo para impulsar la popularidad de una marca, sino también para llegar eficazmente a consumidores que quizá no se hayan planteado antes incorporar proteínas vegetales a su alimentación.
La encuesta incluyó 1.200 participantes, en su mayoría autodenominados omnívoros, tanto de Estados Unidos como del Reino Unido. Se les presentaron productos vegetarianos y veganos envasados en una gama de tonos cálidos y fríos. A continuación, se les pidió que asociaran sentimientos con los colores empleados en el envase. Entre las conclusiones destaca que el color rojo utilizado en el envase es percibido como el color más asociado con alimentos sabrosos. De hecho, el 56% de los consumidores británicos y el 54% de los estadounidenses asocian el color rojo con un sabor superior en la carne vegetal.
Por otro lado, el azul es el color preferido por la mayoría de los consumidores, ya que está asociado tanto con la accesibilidad como la calidad. Así, el 48% de los consumidores británicos y el 45% de los estadounidenses asocian el color azul con productos económicos. Por ello, el 37% de los consumidores británicos y el 45% de los estadounidenses están dispuestos a pagar más por productos envasados en azul.
Los resultados de la encuesta también demuestran que el verde está asociado con la salud, frescura, naturalidad y respeto por el medio ambiente. Los consumidores británicos relacionan el verde con la salud (75%), el respeto por el medio ambiente (78%) y la seguridad (75%). Por su parte, en Estados Unidos, los encuestados asocian lo verde con lo natural (68%), lo ecológico (68%) y la seguridad (72%).
La importancia de los colores en la toma de decisiones de los consumidores es claramente evidente, ya que el 65% de los participantes indicaron que sus elecciones de compra estaban influidas por el color. Los resultados revelaron además una mayor disposición de los consumidores a probar proteínas vegetales, siempre que el envase se ajuste a la estética deseada.
«Las personas flexitarianas y omnívoras muestran una mayor inclinación a probar productos vegetales cuando se presentan en envases rojos. Los consumidores asocian inconscientemente el rojo con el sabor así que, si se elige un envase rojo, es más probable atraer a personas que no se inclinan inmediatamente por productos en los que predomina el color verde», afirma Ajsa Spahic, investigadora y autora del informe de ProVeg.
“El verde es el color predominante en muchos productos vegetales. Aunque va en contra de las tendencias actuales, los datos indican que debe utilizarse con moderación. El verde solo debe incorporarse cuando su objetivo principal sea hacer énfasis en la sostenibilidad y los beneficios para la salud», asegura Ajsa, que añade que «se utilizan tonos azules para indicar productos económicos o de calidad. Con su efecto tranquilizador, el azul puede comunicar con eficacia tanto la rentabilidad como la disposición a invertir en calidad».
Las empresas del sector alimentario pueden emplear estos conocimientos para diseñar estratégicamente envases y marcas que se ajusten a las preferencias cromáticas de los clientes. De este modo, pueden aumentar sus ventas y fomentar el consumo de carne vegetal. «Estos resultados tienen enormes implicaciones para los fabricantes de productos vegetales. La primera impresión importa. Algo tan sencillo como cambiar el color del envase tiene el poder de atraer a los consumidores y hacer que personas de todos los hábitos alimenticios se sientan más inclinadas a probar alternativas a la carne animal», concluye la autora del informe.