Central Lechera Asturiana continúa comprometida con el cuidado del entorno natural y desarrollado una innovación que fomenta la economía circular y que, además, se adelanta a la nueva Ley de residuos que se pondrá en marcha en julio de 2024. Se trata del lanzamiento de un nuevo tapón unido a sus briks de leche para evitar que se pierdan y así favorecer su proceso de reciclaje.
Además, este nuevo tapón reduce un 13% la cantidad de plástico respecto al anterior minimizando aún más el impacto de los envases en el entorno. Gracias a esta medida, se reducirán los residuos plásticos y las emisiones facilitando el reciclaje de los envases en un solo uso. Y a ello se suma que este nuevo sistema, que estará presente en todas las variedades, permite un mejor vertido en su consumo.
En lo que se refiere a su uso es bastante sencillo. Según explica la compañía, para abrir el tapón únicamente habrá que girarlo hacia la derecha y levantarlo para poder verter la leche en el recipiente. El cierre aún es más sencillo ya que solamente hay que presionar con suavidad el tapón hasta escuchar un “clic” que garantizará su cierre hasta un nuevo uso.
Avances en sostenibilidad
El pasado mes de marzo Central Lechera Asturiana ya lanzó su nuevo brik neutro en carbono certificado por AENOR reduciendo así el impacto de sus envases y asumiendo el compromiso de compensar las emisiones que no se han podido evitar. Para poder conseguir este hito, se han implantado una serie de medidas trabajando con nuestros proveedores para reducir la huella de carbono de los envases, incorporando energías renovables, tecnologías más eficientes y materiales más sostenibles en los procesos y productos.
Además, en 2020 la compañía láctea consiguió ser la primera empresa con una estrategia de economía circular certificada, además de la primera empresa láctea residuo cero en todas sus fábricas y la primera empresa española neutra en carbono en todas sus fábricas (alcance 1 +2) certificada en los tres campos por AENOR.
Asimismo, en junio de 2020 también fue la primera empresa láctea española en obtener la certificación B CORP que avala el poder transformador de la forma de trabajar de la compañía, que apoyada en su plan de triple impacto, permite dar cumplimiento a su propósito generando un impacto positivo a través del desarrollo de su actividad teniendo en cuenta en la toma de decisiones a las comunidades que forman parte de su cadena de valor.