El grupo francés de distribución Carrefour ha obtenido unas pérdidas netas atribuidas de 399 millones de euros en el primer semestre de 2019, lo que supone una reducción del 53,6% respecto al mismo periodo del pasado ejercicio.
En cuanto a las ventas, la facturación neta del grupo entre los meses de enero y junio ha ascendió a 35.732 millones de euros, un 0,9% menos que en el primer semestre del 2018. No obstante, las ventas comparables se elevaron un 3,9% en el segundo trimestre y un 3,2% en el primero.
En concreto, las ventas de Francia cayeron un 2,1%, hasta los 16.789 millones de euros, mientras que en el resto de Europa se situaron en 9.988 millones de euros, un 1% menos. En Latinoamérica, por el contrario, la facturación se elevó un 1,6% hasta los 7.090 millones de euros y en Asia aumentaron un 5% hasta los 974 millones de euros.
En España, por su parte, donde Carrefour ha nombrado en junio un nuevo CEO “para acelerar la transformación”, las ventas se mantuvieron estables con una cifra de 2.317 millones.
Respecto a los gastos, el coste de los productos vendidos se redujo un 1%, hasta los 28.054 millones de euros, mientras que los gastos de venta, generales y administrativos han disminuido un 0,7% hasta los 6.397 millones de euros.
Tal y como ha señalado Alexandre Bompard, presidente y consejero delegado de la compañía, «Carrefour está mostrando una clara mejora en el rendimiento, los resultados de medio año están creciendo. Este fuerte impulso está acompañado por una intensificación de nuestro plan de transformación”.
Con estas cifras, Carrefour ha reafirmado sus ambiciones y confirmado sus objetivos financieros para el 2022.