Entre todos los hogares españoles cada año se consumen un total de 35,7 millones de kilogramos de alimentos navideños y se gastan 331,9 millones de euros en estos productos, según el estudio de Alimentación en España 2020 que recoge que el principal consumo se dirige a los mantecados, los polvorones y los turrones.
Navidad es una de las épocas de mayor consumo de estos y otros productos como el alcohol que provocan un aumento de peso. De hecho, los españoles engordan una media de cuatro kilos durante las navidades, según señala el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).
En este sentido, el aperitivo es una buena opción para disminuir el apetito. IMEO manifiesta que comer el aperitivo veinte minutos antes o después de la cena ayuda a que la persona tenga menos hambre, porque el sistema digestivo tarda veinte minutos en enviar señales de saciedad al cerebro. Estas señales alertan al cerebro de que ya se ha comido suficiente, por lo que ingerirás mucho menos del plato principal.
Alejandro Torres Duque, Profesor del Máster en Nutrición, Pedagogía y Enfermería Escolar de CEMP, el Centro Europeo de Másteres y Posgrados, comenta que “los hábitos alimentarios, especialmente durante las navidades, deben ser saludables para que el cuerpo se sienta bien”.
Así, la comida tiene que ser saludable durante las fiestas, de forma que se incluyan las verduras, el agua y la fruta de postre en las dietas. En general, son días normales que no tienen una celebración concreta, excepto algunos días señalados. Tanto en la cena del 24 y el 31, como el almuerzo del 25 y del 1 de enero, se recomienda comer de manera consciente hasta sentirte saciado. Igualmente, no debes atiborrarte para evitar posteriores pensamientos de culpabilidad. En cuanto a los entrantes, sírvete en el plato aquello que vayas a consumir. “Así, serás más consciente de lo que comes y no añadirás excesos a tu dieta”, relata Torres.
Las bases de platos más adecuadas son los vegetales, los mariscos. Además de los encurtidos, aunque tiene que prevalecer la moderación entre los que están más elaborados como los embutidos, las salsas, entre otros. Cuando llega el plato principal, come raciones pequeñas, poco a poco, masticando bien y conversando con las personas que te rodean, es decir, familiares y amigos. En consecuencia, no te quedarás con hambre y te sentirás a gusto. También, es necesario que se tome conciencia del consumo de alcohol, ya que solo generan calorías vacías. Por último, compartir el postre es una gran idea de limitar su consumo.
Y tras la Navidad, la prioridad es recuperar tu rutina de comidas habitual, sin ponerte prohibiciones o restricciones. En el caso de que esta no fuera adecuada, inicia una alimentación sana para sentirte mejor en tu vida diaria y el profesor recuerda que “tu cuerpo no tiene la culpa de tus errores navideños”, finaliza Torres.