La Comisión Europea ha autorizado a Francia a proporcionar apoyo adicional a los productores de vino mediante la destilación de crisis. Esta medida tiene como objetivo reducir las existencias de vino, liberar capacidad de almacenamiento y restablecer el equilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado del vino francés afectado por la crisis del coronavirus.
Francia introdujo la destilación de vino en caso de crisis en su programa nacional de apoyo al sector vitivinícola para 2020. Sin embargo, la reducción de la producción en un millón de hectolitros fue insuficiente. Francia ha estimado que debería retirar un total de 3,3 millones de hectolitros de vino del mercado francés.
Gracias a esta decisión tomada por Bruselas, los pagos nacionales cubrirán los costes del volumen adicional para la destilación de crisis. La entrega de vino a destilerías será voluntaria y el vino se destilará en alcohol utilizado con fines industriales, incluida la desinfección, o con fines farmacéuticos o energéticos.
El nivel del pago nacional debe fijarse en 83 euros por hectolitro de vino con denominación de origen protegida o indicación geográfica protegida y en 63 euros por hectolitro de vino sin denominación de origen protegida o indicación geográfica protegida.
Esta decisión se suma a un conjunto de medidas excepcionales de apoyo al sector vitivinícola adoptadas por la Comisión el 7 de julio de 2020. En esa fecha, la Comisión autorizó a los Estados miembros a pagar anticipos a los operadores por las operaciones de destilación y almacenamiento de crisis en curso. Estos anticipos pueden cubrir hasta el 100% de los costes y permitirán a los Estados miembros hacer pleno uso de los fondos de su Programa Nacional de Apoyo para este año.