La presión ejercida sobre el sector primario con el endurecimiento de la regulación respecto a la producción agrícola y ganadera y de las condiciones de aseguramiento está poniendo en riesgo la Marca España alimentaria. Así lo han advertido desde Peinsurtech Arcoíris/Senda Vivir Seguros, la correduría de seguros perteneciente a uno de los mayores grupos cooperativistas ganaderos, Grupo Arcoíris.
En concreto, su director, Pablo Bobadilla, explica que la alimentación de calidad basada en nuestro producto nacional ahora está en riesgo debido a diversas presiones económicas, normativas y de lobbies con intereses espurios que dificultan a niveles alarmantes el relevo generacional para todas aquellas familias que siguen viviendo del campo produciendo alimentos en sus explotaciones.
“España está perdiendo competitividad porque si siguen implantándose normativas que dificultan el desarrollo de nuestro mundo agrario/ganadero, vendrán importadores de alimentos de terceros países y correremos el riesgo de perder nuestra independencia alimentaria”, explica Marc Serret, responsable de empresas de Peinsurtech Arcoíris/Senda Vivir Seguros y especialista en España del aseguramiento de granjas.
“Estamos demandando al ganadero unos cambios extremadamente exigentes que complican la subsistencia de las explotaciones, haciendo que cada día más personas decidan abandonar esta profesión por las dificultades diarias que enfrentan”, añade y explica que “mi familia cuenta con una granja porcina, por lo que conozco bien de lo que hablo cuando digo que es tremendamente complicado conseguir que una explotación ganadera sea competitiva y rentable, lo que afecta directamente a la cercanía y calidad de los alimentos que diariamente llegan a nuestra mesa”.
Marc Serret cuenta que España está viviendo muchas incongruencias que afectan al sector agrícola: “proclamamos querer una España verde, pero la economía circular en el campo está castigada. Por ejemplo, los purines son utilizados para hacer biogás a través de plantas cogeneradoras de energía, pero estas plantas no las quieren asegurar las compañías aseguradoras, a pesar de que pueden ser clave en la protección medioambiental y en la competitividad energética”.
Como expertos, indican que “estas limitaciones pueden llevar a que países como China sigan construyendo sus gigantescos rascacielos de cría de millones de cerdos, infringiendo aspectos de alta gravedad como el del bienestar animal, el impacto ambiental o la seguridad alimentaria. Si esto sigue así, podrán entrar a competir en el mercado español de la alimentación con unos costes de producción infinitamente inferiores a los nacionales”, explica Bobadilla. Recuerdan que el campo no se deslocaliza porque es nuestra tierra, la tenemos aquí, pero si corremos el riesgo de deslocalizar nuestra producción agrícola y ganadera a través de las presiones desmesuradas e ilógicas que sufre el productor de alimentos y que le lleve a abandonar su explotación y, por ende, a dejar de producir los alimentos de calidad que llegan a nuestras mesas en todo el país.
Del mismo modo, desde Peinsurtech/Senda Vivir Seguros advierten que, de cara al periodo estival, un campo no cultivado puede convertirse en una bomba de relojería: “cuando cuidamos y cultivamos nuestros campos estamos creando cortafuegos. Si en un futuro, tenemos muchas hectáreas sin cultivar, incrementamos notablemente el riesgo de incendios forestales. No podemos olvidar que un agricultor produce alimentos, pero también protege el medioambiente al trabajar la tierra”, añade Bobadilla.