En la inauguración del Congreso Aecoc de Productos del Mar, el director general de la Asociación, José María Bonmatí, ha puesto de manifiesto la preocupación del sector sobre los niveles de consumo de pescado “el descenso continuado del consumo de pescado en España, especialmente entre las nuevas generaciones, es otro motivo de preocupación. Promover el consumo en el marco de una dieta equilibrada es una responsabilidad compartida, que debe ser respaldada por políticas públicas decididas”.
“Es incomprensible que productos tan esenciales como el pescado hayan quedado excluidos de las rebajas fiscales cuando representan una inversión directa en salud para las generaciones presentes y futuras. Necesitamos una estrategia de comunicación clara, pedagógica, eficaz y coordinada que recupere la conexión emocional y racional entre el consumidor y nuestros productos. Hemos de reivindicar el papel de la pesca y la acuicultura no solo como motores económicos, sino como elementos de cohesión social y territorial”, ha añadido.
El portavoz de Aecoc también ha afirmado que “la falta de relevo generacional es otro reto de enorme calado. Urge actuar para garantizar la sostenibilidad futura del sector facilitando la incorporación de oficiales extranjeros, adaptando la formación, firmando acuerdos con terceros países y lanzando campañas que transmitan a los jóvenes las oportunidades reales que ofrece esta actividad”.
Bonmatí ha reivindicado la importancia capital del sector para la sociedad y la economía española afirmando que “en un contexto global marcado por la inestabilidad geopolítica, las tensiones comerciales y la transformación de los hábitos de consumo, el sector de los productos del mar afronta desafíos críticos que requieren respuesta urgente y coordinada. Nos preocupa, y con razón, el impacto que estas dinámicas globales tienen sobre la cadena de suministro, así como la disponibilidad de producto, condicionada por la reducción de días de pesca y cuotas impuestas por la Unión Europea, el agotamiento de caladeros internacionales, la presión competitiva de flotas de mercados como el asiático y las dificultades para competir en igualdad de condiciones frente a países con normativas menos exigentes en seguridad alimentaria”.
Por otro lado, María Isabel Artime, ha coincidido al señalar que “entre los factores que explican el descenso del consumo de pescado destacan, por un lado, el cambio en los hábitos alimenticios y de compra por parte del consumidor y, por otro, la percepción negativa que rodea a la actividad pesquera en distintos ámbitos. En este segundo aspecto, es fundamental que el propio sector pesquero lidere un cambio de narrativa, mejorando la comunicación y proyectando una imagen más atractiva. La pesca cuenta con numerosas fortalezas: ha avanzado hacia una práctica compatible con la protección del medioambiente marino, es un sector comprometido con la sostenibilidad de los recursos marítimos, que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y que ha invertido en tecnología e innovación”.
La secretaria general de Pesca del MAPA ha apuntado también que “la reducción del 40% en los días de pesca durante 2024 ha generado un impacto económico y social muy grave, ya que la destrucción del tejido productivo resulta prácticamente irreversible. A pesar de ello, se han realizado importantes esfuerzos y ya se observan signos de recuperación en el Mediterráneo. España está defendiendo ante la Unión Europea la necesidad de introducir cambios en la regulación para proteger al sector. No debemos olvidar que el pescado es un alimento muy saludable, seguro y sostenible, además de ser parte esencial de nuestra gastronomía y cultura”.
María Isabel Artime ha finalizado afirmando que “para recuperar el consumo, es imprescindible adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores, especialmente de los más jóvenes, que valoran alimentos fáciles y rápidos de preparar, que recurren cada vez más a dispositivos como la freidora de aire, y que priorizan la salud y el origen de los productos en sus decisiones de compra. En este contexto, resulta clave poner en valor el producto y su procedencia, mejorar la imagen de los productos pesqueros y de la actividad en sí, fomentar la colaboración público-privada e incentivar la innovación. Debemos transmitir una imagen sólida de un producto sostenible, saludable, seguro y procedente de una producción responsable, apoyada en la innovación y en el uso de nuevas tecnologías”.